Biden casi canta victoria...
El vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, leyó la cartilla al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en un tono casi triunfal.
Cuatro cosas ordenó Biden:
1. Hacer de Norteamerica, la región económica más competitiva del mundo.
2. Convertir a América del Norte en el epicentro energético del planeta.
3. Concretar los acuerdos que faltan, antes de que acabe el mandato de Barack Obama.
4. Terminar con el burocratismo, que entorpece el desarrollo de las reformas.
Hay mucho de fondo, en lo anterior:
1. Si Norteamérica se convierte en la región más competitiva del mundo, no será para bien de la micro, pequeña y mediana empresa de México, que aporta el 70 de los empleos. ¿Cómo competirá frente a los corporativos trasnacionales, dueños de los grandes capitales y las más avanadas tecnologías? ¿Cómo enfrentará "el reto", el campo mexicano, que está prácticamente desmantelado?
Cuando Biden habla de Norteamérica habla, principalmente de su país: los Estados Unidos de América.
2. Hablar de convertir a Norteamérica en el epicentro energético del mundo es decir que el crudo mexicano potenciará los negocios de los magnates radicados en el vecino país del norte. Por eso tenían -y tienen- tanto interés en la reforma energética, promovida por el actual gobierno mexicano.
3. La prisa en lograr acuerdos, es para beneficiar al Partido Demócrata, en la próxima elección presidencial del 2018.
4. La condena al burocratismo debe entenderse de la siguiente manera: "Videgaray: acelera las reformas. Nos urge hacernos más ricos con tu petróleo."
El factor Videgaray
El secretario de Hacienda, por su parte, sabe que de la reunión de hoy -y sobre todo, de sus resultados- dependen, en mucho, sus aspiraciones presidenciales.
Si consigue lo que le ordenan, y si los demócratas siguen en la Casa Blanca, es más probable que él sea el próximo Presidente de México.
Así de importante, para bien o para mal, es lo que sucedió en la reunión del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), en Washington.