Día crucial para EU, México, Rusia... y el mundo

19.12.2016 11:28
Hoy, el Colegio Electoral de Estados Unidos votará para ratificar el triunfo electoral de Donald Trump, o para echarlo abajo.
 
Dicha instancia está compuesta por 538 "compromisarios" que representan a los 50 estados de la Unión Americana y al Distrito de Washington.
 
En las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre, la demócrata Hillary Clinton obtuvo 2.8 millones de votos más que el republicano Donald Trump; pero el sistema electoral norteamericano es indirecto: elige a los votantes que, a su vez, definirán al próximo presidente de los Estados Unidos.
 
Trump logró 306 votos al Colegio Electoral y Clinton se quedó con 232. Para revertir el triunfo de Trump se requiere que 37 electores cambien el sentido de su voto.
 
Marc Bassets, corresponsal del diario español El País en Washington, explica muy bien por qué existe ese Colegio Electoral:
 
El colegio electoral se explica en su origen por el deseo de los padres fundadores de introducir un filtro elitista a la voluntad bruta del pueblo. Alexander Hamilton escribió en los Papeles federalistas, en 1788, que el colegio electoral garantiza que “el cargo de la presidencia nunca recaiga en un hombre que no esté dotado en un grado eminente de las calificaciones requeridas”. 
 
Bassets califica de improbable la rebelión de al menos 37 consejeros electorales, pero -desde nuestra perspectiva- podría ocurrir, porque el establishment que gobierna realmente a los norteamericanos ha patrocinado una fuerte campaña propagantística afirmando que eL presidente ruso Vladimir Putin ordenó un "hackeo" de los sistemas electorales norteamericanos a fin de cambiar votos favorables a Hillary para que aparecieran en la contabilidad de Trump.
 
La agencia rusa de noticias Sputnik refiere que fue la candidata presidencial del Partido Verde, Jill Stein, la que solicitó un recuento de votos en el estado de Wisconsin, después de que se comenzó a difundir la versión de un posible hackeo operado por una potencia extranjera.
 
La misma agencia Sputnik refiere que "Tres semanas después de los comicios, las acusaciones sobre la injerencia rusa en la carrera presidencial continúan apareciendo, escribe The Washington Post. Así, Michael S. Rogers, director de la Agencia de Seguridad Nacional, declaró que había habido un "esfuerzo consciente por parte de un cierto Estado para lograr un fin específico".
 
El tema dista mucho de ser menor. El periodista Marc Bassets, de El País, considera "improbable" que haya una sorpresa en la votación del Colegio Electoral de los Estados Unidos, programada para hoy porque, de darse, podría provocar una crisis política sin este país.
 
Sin embargo, la agencia rusa Sputnik, advierte lo siguiente:
 
...la histeria que se formó alrededor de la presunta intervención de Putin en las elecciones no es accidental. Los neoconservadores y los intervencionistas socialdemócratas siempre han deseado una nueva guerra fría con Rusia. Ahora, con Trump sugiriendo que podría buscar un nuevo reinicio en las relaciones con el país eslavo, cooperación en la lucha contra Daesh —organización terrorista prohibida en Rusia y otros países— y la solución del conflicto en Ucrania, las afirmaciones indignadas sobre la supuesta intervención de Putin en las presidenciales de EEUU hacen que cualquier cooperación entre los dos Estados sea más difícil.
 
Es cierto que los grandes financieros y banqueros de los Estados Unidos evitaron un colapso después de la victoria de Trump en las elecciones del 8 de noviembre, lo cual da a pensar que tratarán de ajustarse a su política, o de ajustarlo a la suya.
 
Pero también lo es que Trump se ha acercado a Rusia y a Putin y que eso disgusta a los promotores de la guerra, ya que ésta les da a ganar cantidades fantásticas de dólares. Por ahí podría darse la "sorpresa" en la votación de los "compromisarios".
 
En cuanto a México: si Trump mantiene la Presidencia, ya sabe a qué atenerse; si no, debería saberlo también: ningún presidente ha deportado a más connacionales que el demócrata Barack Obama.
 
Mucho está en juego este día: de lo que decidan 538 personas (sometidas a una muy fuerte presión) dependerá en buena medida el futuro de Estados Unidos, Rusia, México y el mundo.