El presidente Peña Nieto gozará de cabal salud; México, no

01.10.2016 00:07
Es más que comprensible que el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, desmienta los rumores acerca de la mala salud del presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Es parte de su chamba.
 
El Presidente estará bien; pero el país, no.
 
México padece múltiples enfermedades, todas ellas graves:
 
1. Corrupción: los escándalos de gobernadores y ex gobernadores, priistas y panistas) apenas es un botón de muestra. La sospecha está -de igual manera- sobre políticos y funcionarios de otros partidos.
 
2. Crisis económica: el país nada más no avanza lo necesario. Bien lo dice el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC): "El escenario de escasa inversión y crecimiento económico, así como la generación de empleos pero con condiciones de informalidad y precariedad confirma que, como lo indica la UNCTAD, el país se encuentra 'atrapado en una corriente descendente'." (La devaluación del peso, el crecimiento exagerado de la deuda y los recortes presupuestales desestructurados dan testimonio de lo anterior)
 
3. Inseguridad: lo mismo queman camiones en Michoacán, que emboscan a elementos del Ejército mexicano en Sinaloa. El Estado de México, por si lo anterior fuera poco, escandaliza por el número de feminicidios. (Ah, pero el gobernador Eruviel Ávila sueña con ser Presidente de la República...)
 
4. Profunda desigualdad social: las castas políticas y económicas hacen y deshacen, en tanto que la mayoría de los mexicanos, que tiene un empleo formal, gana entre uno y dos salarios mínimos.
 
5. En medio de este drama nacional, dichas castas ya preparran la sucesión: el itamita José Antonio Meade Kuribreña (del PRI) y Margarita Zavala (del PAN) son los candidatos del establishment norteamericano (o sea, de los verdaderos jefes del PRIAN).
 
Mucho se podría agregar, pero es innecesario.
 
Qué bueno que el Presidente de la República goce de cabal salud.
 
Qué malo, que México padezca varios padecimientos graves, que amenazan volverse enfermedades terminales.