Estamos al borde de otra crisis

10.03.2015 20:22

 

El comportamiento bipolar que ha presentado el peso a lo largo de este año, puede ser señal de crisis. Por lo tanto, el gobierno federal debe de cuidar este detalle para aminorar el impacto de otro posible desequilibrio económico al bolsillo de los mexicanos.

 

Es importante destacar que la caída de producción del llamado oro negro, empezó a ser evidente en 2005, pero se detuvo de forma “milagrosa” aproximadamente en 2010. Esto fue gracias a que Pemex registró una de sus mayores inversiones, al superar los 20 mil millones de dólares anuales a partir de 2009, reduciendo el ritmo de caída a 1.0%.

El desplome petrolero se debe al agotamiento de los mantos de la abundancia, que en la definición geográfica de Pemex es la región Marina Noreste.

 

Sin embargo, el gobierno federal pudo disimular el problema petrolero con la imposición de los gasolinazos y el alto precio de diesel en el mercado interno. Pero honestamente, la caída de esta producción no se puede compensar con nada, pues el petróleo es la principal fuente de ingreso del país. En términos económicos, este fenómeno implicó que el país creciera medio punto menos en 2014, y posiblemente nos quite otro tanto este 2015.

 

Asimismo, la caída en los precios del petróleo han debilitado la divisa mexicana y existe la posibilidad de que se desate una nueva crisis como la que se tuvo en 2009, cuando la paridad pasó de estar por debajo de los 10 pesos para situarse arriba de los 15 pesos en unos cuantos meses. Ahora, el billete verde ha pasado de 12.50 pesos hace unos meses, para estar por arriba de 15 pesos.

 

Para concluir, podemos asegurar que hoy en día el peso mexicano ha sufrido importantes desequilibrios debido a la reducción en la cantidad ofrecida de dólares por la caída en las exportaciones de petróleo. Por ejemplo, durante el último trimestre de 2014 y enero de este año el saldo de la balanza petrolera fue ¡negativo en dos mil 410 millones de dólares!, mientras que en igual periodo del año anterior fue positivo en tres mil 180 millones de dólares. En pocas palabras, Pemex ha dejado de ser un oferente neto en el mercado de divisas, para volverse un demandante de divisas, destacando el menor precio y extracción del petróleo y las mayores importaciones que realiza de gasolina y de productos petroquímicos.