Estar en una punta de México fue emocionante y... aleccionador
21.02.2015 20:59
El trabajo nos llevó a Piedras Negras, Coahuila. Eso, nos permitió ubicarnos en el límite de México con Eagle Pass, Texas. Algunas de las cosas que vimos, fueron las siguientes:
1. Del lado mexicano, sobresalían la bandera monumental y la silueta de la catedral de Piedras Negras.
2. Del lado norteamericano, un campo de golf, otro de futbol y uno más, de beisbol. A lo lejos, detrás de la garita, una pequeña bandera con las barras y las estrellas.
3. Sobre Eagle Pass, lista para entrar en acción, había una de las tantas unidades de la Patrulla Fronteriza.
4. Del lado mexicano, ninguna unidad policíaca. Policías estatales y federales, así como soldados y marinos mexicanos, estaban atentos -en ese momento- al problema de la delincuencia organizada.
5. Para salir de nuestro país, cada persona paga cuatro pesos.
6. Para entrar, los oficiales aduanales son rudos con los morenos y muy atentos, con los güeros.
De este lado, historia, tragedia, desigualdad. Del otro, bonanza, poderío, soberbia.
Allá, mexicanos que respetan las señales y las normas de tránsito. Aquí, mexicanos que no obedecen los límites de velocidad, ni se colocan el cinturón de seguridad.
Luces y sombras.
Estar en una punta de México, la de Piedras Negras, fue muy emocionante. Apreciamos lo nuestro. Reconocimos, una vez más, que ser mexicano es un honor. Un honor que conlleva el deber de procurar el bien del prójimo y, por ende, de la Patria. Pero, también, fue muy aleccionador, porque horas más tarde, hubo dos levantones sobre la avenida Emilio Carranza, que activaron el Código Rojo, en Piedras Negras.
Allá, siguen demandando droga. Aquí, seguimos poniendo los muertos, los heridos, los secuestros y demás tragedias.