Festejan la segunda expropiación

19.03.2016 12:33
La primera, la hizo Lázaro Cárdenas, el 18 de marzo de 1938, con la anuencia del presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt.
 
La Segunda Guerra Mundial era inminente y el establishment que gobierna en USA temía que Alemania derrotara a Inglaterra y, por lo tanto, pudiera asumir el control de instalaciones petroleras británicas, como las de México, donde la población era mayoritariamente germanófila.
 
En palabras simples, Roosevelt pensó que era mejor que su aliado ideológico prosoviético Lázaro Cárdenas  le quitara el petróleo mexicano a los británicos, a que éste pudiera pasar a manos de Hitler.
 
La Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro, el Departamento de Defensa y el Departamento de Marina sabían que con Cárdenas tenían asegurado el abasto de combustibles para la próxima conflagración mundial.
 
Pasaron las décadas y con gobiernos como los de López Mateos y Díaz Ordaz, la empresa Petróleos Mexicanos se fortaleció. De hecho, con Díaz Ordaz terminó de pagar la deuda de la explotación.
 
Luego, con López Portillo, la riqueza petrolera de México comenzó a dilapidarse. Los liberales comenzaron a sabotearla. Le impidieron construir refinerías, la endeudaron, la sumieron en la corrupción, la quebraron con impuestos inmorales hasta que, por fin, la quebraron.
 
Ayer, 19 de marzo de 2016, los neoliberales encabezados por el presidente Peña Nieto, conmemoraron en las oficinas centrales de PEMEX, las de la emblemática Torre, el 78 aniversario de la expropiación cardenista. Eso hicieron de dientes para afuera, porque en realidad conmemoraron la segunda expropiación.
 
Sí: la expropiación que hicieron al pueblo mexicano, el que con tantos esfuerzos colocó a PEMEX como una de las principales petroleras del mundo.
Ayer, festejaron la próxima llegada de Gulf, Exxon Mobil, Chevron, Texaco...