Franja Sur. Di no a la violencia
13.06.2016 12:05
El diálogo, tema muy usado en los discursos políticos, está cada día más lejos del ser humano y el mundo se nos escapa entre las manos ante tanta violencia e intolerancia.
La sociedad en general, desde luego, gusta de la tranquilidad y la pacificación de su entorno, a nadie en su sano juicio le agrada la violencia en ninguna de sus formas y, al parecer, es lo que se ha puesto de moda en nuestros días.
Hay violencia en hogares, violencia en las calles, violencia de manifestantes, violencia del gobierno, violencia en las grandes urbes, algunos casos provocados por fanáticos o por grupos extremistas. Pero ningún tipo de violencia tiene su justificación.
Esta semana nos enteramos de tres eventos de alta tensión, uno más graves que otros, pero en cada uno de ellos no sólo corrió la sangre, sino que mostraron al mundo como el ser humano puede transformarse en bestia y llegar a la barbarie.
Hoy en día se está celebrando en Francia la EuroCopa, esto es, el más importante torneo de futbol en ese continente. El fin de semana en el contexto del partido entre Inglaterra y Rusia explotó el odio en las calles y en el estadio.
Volvieron a aparecer los afamados hooligans quienes escenificaron una batalla campal en Marsella, cuyas escaramuzas dejaron decenas de heridos, entre ellos un británico que hoy convalece con heridas graves.
Los enardecidos fanáticos se golpearon con botellas, tubos, barras de hierro, palos, piedras. Lo que parecía, pues, erradicado en el futbol europeo, regreso como en sus peores tiempos.
Y en las primeras horas de ayer domingo un desquiciado provocó una matanza en un club nocturno gay de Orlando, Florida, al sureste de Estados Unidos. De acuerdo con las agencias de noticias este acto terrorista dejó unos 50 muertos y 53 heridos.
Pero la violencia también la vivimos en Tabasco en el transcurso de esta semana en el poblado de Tamulté de la Sabana, derivado de las protestas en contra de la reforma educativa. Esa que los maestros condenan porque, alegan, afecta sus derechos laborales, y es la misma que el gobierno asegura será la panacea para salvar a la educación de México.
El caso es que policías y maestros se dieron con todo y en la trifulca aparecieron las bombas de gas lacrimógeno, las bombas caseras o molotov, así como palos, piedras, machetes y balas de goma. Ambos bandos se acusan de violentos y tanto el gobierno como los manifestantes se aducen agredidos.
El caso aquí es que resultan afectados terceras personas, ciudadanos ajenos al conflicto, con el cierre de la carretera Villahermosa-Frontera. El gobierno como los inconformes, alegan tener la razón de su lado, ¿pero qué pasa con el pueblo afectado?
¿No habrá manera de que los maestros continúen con su lucha, y el gobierno con su cerrazón, pero sin perjudicar a los ciudadanos que transitan libremente por México? Los dos bandos, claro, tienen derecho a tomar posturas y estrategias en un país libre, pero dijo Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.
Lo cierto es que el diálogo, esa herramienta tan eficiente alguna vez en política, ha sido rebasado por el odio, el rencor y el revanchismo. Por eso, la gente se pregunta hoy: señora cordura, ¿dónde estás?, no oigo tu palpitar.
La botica
1.- Un funcionario de la Secretaría de Desarrollo e Integración Social de Jalisco, fue separado del cargo por realizar publicaciones homofóbicas en redes sociales, relacionados con la muerte de al menos 50 personas en un club nocturno de Orlando, Estados Unidos. El funcionario José de Jesús Manzo Corona, quien desempeñaba funciones como coordinador A en la dependencia, escribió en su cuenta de Facebook: “lástima que sólo fueron 50 y no 100”. El titular de esas oficinas Miguel Castro Reynoso, solicitó de inmediato el despido de Manzo Corona, y pidió disculpas públicas, tras mencionar que “los primeros que debemos ser tolerantes somos nosotros, los que servimos a la gente”.
2.- El benemérito de las Américas Benito Juárez es autor de la frase: “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Ojalá y lo entiendan ambas partes, porque de los dos lados hay violencia y agresiones a los derechos humanos.