Franja Sur. Independientes, aún no despegan
31.05.2016 17:08
Sucede un fenómeno en México digno de ser estudiado por sicólogos u otros especialistas en la investigación del comportamiento humano. Resulta que la población constantemente se está quejando de los políticos. En el lenguaje popular son los seres más repugnantes.
El calificativo de “corruptos” es de los términos más moderados, imagínese, lanzados a los hombres que se dedican al quehacer público.
Sin embargo, a la hora en que se van a elegir a nuestros nuevos gobernantes, a aquellas personas que dirigirán los destinos de estados y municipios, así como a los que se encargarán de diseñar leyes en el Congreso, los ciudadanos de nuevo entregan su confianza a los políticos.
El 5 de junio habrá elecciones en 14 entidades del país. En 12 estados se renovarán gobernadores y en nueve de ellos participan 10 candidatos sin partido, esto es, los llamados independientes.
Pero a pesar de la pesada loza de desprestigio que cargan los políticos, son los candidatos de los partidos los que destacan en las encuestas y se perfilan a triunfar en esos comicios.
Ni uno solo de los independientes tiene posibilidades de ganar, vaya, andan dando tumbos y no alcanzan ni el cinco por ciento en las preferencias electorales.
De acuerdo con los más recientes sondeos, únicamente el empresario José Luis Barraza, candidato independiente en el estado de Chihuahua, se ubica con un 17 por ciento, muy lejos de lograr el triunfo en esa entidad norteña.
De este modo, está visto que a pesar de los denuestos que les llueven en centros de reunión y del escarnio de sus figuras en las redes sociales, finalmente son los políticos los que aún siguen con el monopolio de los cargos públicos.
El caso del ex priista Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco de Nuevo León, fue sólo un destello. Se apagó al llegar al cargo y no cumplir con las expectativas de los electores.
Desde luego, no todo está perdido para quienes aspiran a participar por la vía independiente. Esta nueva modalidad de nuestro sistema político quizá está pagando su noviciado, porque todavía no cuaja en el ánimo de la gente, aún no despegan, quienes han enarbolado esta bandera, como verdaderos contendientes de los partidos políticos.
Además, la verdad, la verdad, hay todavía mucho por corregir en nuestra incipiente democracia mexicana.
Recordemos que quienes acuerdan y aprueban los cambios en nuestras leyes electorales son los diputados y senadores de los partidos políticos. De este modo, tienen la oportunidad de colocar candados a los candidatos sin partido, para hacerles sufrida su participación en la competencia electoral.
Mire usted, ahora mismo hay una desigualdad abismal, en materia de financiamiento, entre un candidato de partido político con los que van por la libre.
Ahí se tiene que realizar una modificación, pues, no es justo, por ejemplo, que mientras un candidato a la gubernatura por la vía independiente, recibe para su campaña un millón de pesos, a los de enfrente les entregan más de 20 millones de pesos.
Bien, si en los comicios que se avecinan no veremos un resplandor con los candidatos sin partido, ya que ninguno de ellos tiene la más remota posibilidad de ganar, al menos su participación debe ser tomada como un avance, pero no es suficiente con eso.
Lo ideal sería que el ciudadano despertara y su desprecio hacia la clase política, ganada a pulso por sus acciones, realmente lo manifestaran en las urnas, pero no sucede así. Ahí está ese raro comportamiento humano que mencioné al inicio de esta entrega.
Algo no encaja, pero lo que sí debe ya reformarse en el sistema electoral mexicano, es la desigual competencia a la que entran los candidatos sin partidos, que son armados con resorteras, mientras que los representantes de los institutos políticos portan R-15.
La botica
1.- Qué creen, ayer se murió Shakira, un tigre de bengala. Otra víctima más de la ineficacia en el parque Yumká.
2.- Servicio social. Me escribe el ciudadano Armando Padilla Herrera para reportar una fuga de agua en el “aproche” del puente La Pigua, que puede traer consecuencias al tráfico. Servido, amigo.