Gracias a los funcionarios, militares y policías honestos
19.04.2015 14:17
Periodismo Libre , al igual que los otros medios de comunicación mexicanos, ha dado cuenta de la captura, en unas cuantas horas, de dos jefes criminales:
- José Tiburcio Hernández Fuentes, alias "El Gafe", quien ha sido identificado como el cabecilla del Grupo de "Los Metros", célula al servicio del Cártel de Golfo, con zona de influencia en Reynosa, Tamaulipas, y municipios aledaños.
- Jesús Salas Aguayo, alias "El Chuyín", considerado como el líder del Cártel de Juárez.
El comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García, destacó hoy "que con esta detención suman ya 93 los objetivos prioritarios que han sido neutralizados."
El esfuerzo llevado a cabo se tiene qué reconocer, más allá de que se esté de acuerdo o no, con la estrategia seguida por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. ¿Por qué? Por la simple y sencilla razón de que implica un constante poner en riesgo la vida de funcionarios de inteligencia, militares y policías honestos.
Está claro que no todo está podrido al interior de nuestras instituciones. Sin embargo, la lucha contra la delincuencia organizada se debe replantear, con base en una mayor prevención e integración social. Seamos más explícitos:
- El gobierno, en todos sus niveles, se debe acercarse a los papás, alumnos y profesores, para concretar, con ellos, una verdadera cruzada antidrogas, fundamentada en la integración familiar, la educación, el trabajo, la salud, el deporte y la cultura. Se debe replantear la política laboral, de tal manera que se procure la presencia de al menos uno de los padres en el hogar, para dar atención de calidad -de amor-, a los hijos.
- Llevar a cabo una intensísima campaña de información, sensibilización y concientización sobre los daños a la salud que provocan todas las drogas. Sí: todas las drogas; para evitar que nuestra juventud caiga en manos de los diputados y senadores que quieren legalizar su consumo. Lo legal no les quitaría lo perjudicial, tal y como ocurre con el alcohol y el tabaco.
Se debe aprovechar, pues, la caída de 93 de los capos más buscados, para dar con los demás, pero, sobre todo, para alertar a la sociedad de que la legalización de las drogas dejaría a nuestros niños y jóvenes en manos de cárteles oficiales.