¿Grito de independencia?

15.09.2014 21:53
 
Anhelo que México no dependa de nadie. Lo digo de otra manera:

1. Que su campo produzca para garantizar el consumo interno, y para poder exportar, de manera significativa.
 
2. Que su planta industrial no dependa de mil 300 grandes empresas. 
Que las micro, pequeñas y medianas empresas crezcan de manera sostenida, y exponencial. Lo hecho en México está bien hecho. No como lo que nos llega -por la vía legal, o mediante el contrabando- desde China.
 
3. Que las universidades públicas y privadas inviertan, cada vez más, en investigación; así, de manera progresiva, reduciremos nuestra dependencia científica y tecnológica.
 
4. Que cuente con bancos regionales, que se conviertan en el verdadero sistema financiero del país; bancos manejados por mexicanos nacionalistas, comprometidos con sus compatriotas.
 
5. Que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad sean arrebatadas al gobierno neoliberal, y entregadas a expertos nacionales, sin componendas con las grandes trasnacionales que se disponen a lucrar, de manera desmedida, a costa de nuestras familias.
Que se dote a Pemex y la CFE de los mejores investigadores, y de las mejores tecnologías; que -de veras- se les permita desarrollarse, de tal forma que sirvan a nuestra gente y, al hacerlo, con calidad y precio, haga inútil la venida de Shell, Texaco, Chevron...
 
6. Que el Banco de México pase a ser de México; que se aclare donde están 100 toneladas de oro, de sus -de nuestras- reservas. El que lo adornen con banderas tricolores, nada dice.
También es una burla que la Torre de Petróleos Mexicanos luzca enormes banderas tricolores.
 
7. Que se fortalezcan el mercado y ahorro interno, para dejar de pedir prestado y comenzar a pagar la enorme deuda que nos han dejado: deuda externa, deuda interna, Fobaproa, rescate carretero, etc., etc., etc.
 
8. Que todos los ciudadanos tomemos conciencia del poder que nos otorga el botón de apagado, para cerrar los oídos y los ojos, a los contenidos perniciosos de los medios de comunicación. Los oligopolios podrían probar la fuerza de los mexicanos con ver desplomados sus ratings.
 
9. Que demos el voto a quien lo merezca; que nos convenzamos de que la partidocracia no es invencible.
 
10. Que hagamos justicia a los verdaderos maestros; también, a los investigadores. Que se pague lo justo al albañil que trabaja en las alturas, o al bombero, entre las llamas.

Que se cancelen los salarios inmorales que se lleva la burocracia dorada. Ya no.

Que el Estado mexicano se ajuste: no es posible que nos quieran marear con la reducción de legisladores plurinominales. Este país podría funcionar con 64 senadores (dos por Estado), y con 300 diputados. ¿De qué nos sirven 32 institutos o consejos electorales estatales, más 32 tribunales electorales estatales, si todos los conflictos fuertes los deciden las instancias nacionales: Instituto Nacional Electoral y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación?

¿Por qué dan cada año miles de millones de pesos a los partidos políticos que sólo hunden al país cada día? Ya basta.

En síntesis: seremos independientes cuando los mexicanos entendamos que las ruindades -las nuestras, las de casi todos- son las que mantienen vivo al monstruo de siete cabezas: corrupción, impunidad, autoritarismo, crimen, ignorancia, mediocridad y conformismo.
El individualismo a ultranza, hiere a la Patria. El colectivismo ciego y forzoso, también. Lo que requerimos es un modelo basado en la justicia. Ni capitalismo salvaje, ni socialismo maduro y castrista. Un modelo mexicano basado en la independencia, la ética y la unión. Sin más.

(*) @JorgeSantaCruz1; jlsc.ua@gmail.com rge Santa Cruz (*)
Anhelo que México no dependa de nadie. Lo digo de otra manera:
1. Que su campo produzca para garantizar el consumo interno, y para poder exportar, de manera significativa.
2. Que su planta industrial no dependa de mil 300 grandes empresas. Que las micro, pequeñas y medianas empresas crezcan de manera sostenida, y exponencial. Lo hecho en México está bien hecho. No como lo que nos llega -por la vía legal, o mediante el contrabando- desde China.
3. Que las universidades públicas y privadas inviertan, cada vez más, en investigación; así, de manera progresiva, reduciremos nuestra dependencia científica y tecnológica.
4. Que cuente con bancos regionales, que se conviertan en el verdadero sistema financiero del país; bancos manejados por mexicanos nacionalistas, comprometidos con sus compatriotas.
5. Que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad sean arrebatadas al gobierno neoliberal, y entregadas a expertos nacionales, sin componendas con las grandes trasnacionales que se disponen a lucrar, de manera desmedida, a costa de nuestras familias.
Que se dote a Pemex y la CFE de los mejores investigadores, y de las mejores tecnologías; que -de veras- se les permita desarrollarse, de tal forma que sirvan a nuestra gente y, al hacerlo, con calidad y precio, haga inútil la venida de Shell, Texaco, Chevron...
6. Que el Banco de México pase a ser de México; que se aclare donde están 100 toneladas de oro, de sus -de nuestras- reservas. El que lo adornen con banderas tricolores, nada dice. 
También es una burla que la Torre de Petróleos Mexicanos luzca enormes banderas tricolores.
7. Que se fortalezcan el mercado y ahorro interno, para dejar de pedir prestado y comenzar a pagar la enorme deuda que nos han dejado: deuda externa, deuda interna, Fobaproa, rescate carretero, etc., etc., etc.
8. Que todos los ciudadanos tomemos conciencia del poder que nos otorga el botón de apagado, para cerrar los oídos y los ojos, a los contenidos perniciosos de los medios de comunicación. Los oligopolios podrían probar la fuerza de los mexicanos con ver desplomados sus ratings.
9. Que demos el voto a quien lo merezca; que nos convenzamos de que la partidocracia no es invencible. 
10. Que hagamos justicia a los verdaderos maestros; también, a los investigadores. Que se pague lo justo al albañil que trabaja en las alturas, o al bombero, entre las llamas.
Que se cancelen los salarios inmorales que se lleva la burocracia dorada. Ya no.
Que el Estado mexicano se ajuste: no es posible que nos quieran marear con la reducción de legisladores plurinominales. Este país podría funcionar con 64 senadores (dos por Estado), y con 300 diputados. ¿De qué nos sirven 32 institutos o consejos electorales estatales, más 32 tribunales electorales estatales, si todos los conflictos fuertes los deciden las instancias nacionales: Instituto Nacional Electoral y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación?
¿Por qué dan cada año miles de millones de pesos a los partidos políticos que sólo hunden al país cada día? Ya basta.
En síntesis: seremos independientes cuando los mexicanos entendamos que las ruindades -las nuestras, las de casi todos- son las que mantienen vivo al monstruo de siete cabezas: corrupción, impunidad, autoritarismo, crimen, ignorancia, mediocridad y conformismo.
El individualismo a ultranza, hiere a la Patria. El colectivismo ciego y forzoso, también. Lo que requerimos es un modelo basado en la justicia. Ni capitalismo salvaje, ni socialismo maduro y castrista. Un modelo mexicano basado en la independencia, la ética y la unión. Sin más.
(*) @JorgeSantaCruz1; jlsc.ua@gmail.com