La advertencia de Hillary a Peña y compañía

20.04.2016 15:40
Las declaraciones hechas por la precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, al Diario de Nueva York vienen a confirmar lo que hemos venido advirtiendo en este espacio: que es tan peligrosa para México como el precandidato republicano Donald Trump.
 
Hillary tiene razón en que es indignante que el Caso Ayotzinapa siga sin ser resuelto, pero éste no es el punto.
 
Lo que está de fondo en la declaración de la señora Clinton es su visión intervencionista, autoritaria e hipócrita, que coincide con la doctrina estadounidense del Destino Manifiesto.
 
Su discurso lo que pretende, en realidad, es subordinar a tantas naciones como le sea posible.  El 24 de mayo de 2012, al dar a conocer el Informe Anual sobre Derechos Humanos 2011, del Departamento de Estado norteamericano, del cual era titular, Hillary Clinton advirtió que "los reportes dejan claro ante los gobiernos del mundo que los estamos observando, y los estamos haciendo asumir responsabilidades. Y dejan claro a ciudadanos y activistas en todas partes: no están solos, estamos con ustedes." (Quien lo desee, puede leer el artículo titulado "Los estamos observando"... y nosotros como sin nada", publicado por el autor del presente trabajo en la Revista Voces del Periodista, del Club de Periodistas de México, el 21 de junio de 2012)
 
La señora Clinton agregó en aquella ocasión que 2011 fue “un año especialmente tumultuoso y notable para todos los involucrados en la causa de los derechos humanos”, y añadió que “desde las revoluciones de Medio Oriente hasta las reformas en Birmania, empezaron por los derechos humanos con el llamado claro de hombres y mujeres en defensa de sus derechos universales”.
 
Y, para evitar cualquier duda, la entonces secretaria de Estado de los Estados Unidos fue muy enfática al decir: que “estamos apoyando esfuerzos alrededor del mundo para darle a la gente una voz en sus sociedades, un interés en sus economías y apoyarlos, mientras determinan por sí mismos el futuro de sus vidas y las contribuciones que pueden hacer al futuro de sus países”.
 
Lo que pasó en Egipto, Libia y sigue pasando en Siria exhibe la doctrina de Hillary, con toda su crudeza. El autoritarismo yanqui es siempre el mismo. No mengua. Sus promotores se pueden apellidar Obama o Clinton, Trump o Bush. Eso es un mero accidente. Lo que se puede corroborar con facilidad es que sea quien gobierne en Estados Unidos, lo hace imponiendo la ideología del Tío Sam.
 
Hillary Clinton se arrogó el papel de máxima defensora de los derechos humanos el 24 de mayo de 2012. Menos de dos meses después, se conmemoró el segundo aniversario del asesinato del adolescente mexicano Sergio Adrián Hernández Güereca, quien contaba con apenas 15 años de edad.
 
Sergio Adrián fue ultimado en territorio mexicano  el 7 de junio de 2010, por el agente de la Migra yanqui Jesús Meza Jr. El uniformado de los Estados Unidos le disparó desde su país. El chico cayó muerto debajo del Puente Negro de Ciudad Juárez, Chihuahua.
 
Hillary Clinton se desentendió de éste y de todos los demás casos de abusos en contra de mexicanos y de migrantes de otras partes del mundo. Por eso decimos que es una hipócrita. 
 
Si se desgarra las vestiduras por el caso de los normalistas desaparecidos no es porque en verdad le interesen, sino porque está intimidando al gobierno mexicano. Lo que le está diciendo en realidad es: "Prepárate, porque te voy a pedir más y me lo tendrás que entregar. Los deudos de Ayotzinapa no están solos. Cuentan con nosotros." 
 
Bien harían Peña Nieto, compañía y cohorte en pasar saliva y decir: "¡Gulp!"