La historia de otro abuso

18.04.2016 08:59
Todo comenzó cuando un joven de condición humilde consiguió trabajo como ayudante de carpintero y el automotor en que viajaban fue detenido por la policía. El vehículo tenía reporte de robo.
 
El jefe del joven, o sea el carpintero, deslindó a su ayudante de cualquier acto ilegal, pero... el ministerio público del fuero común del Estado de México, en donde se cometió el ilícito, lejos de facilitar la aplicación de la justicia, empezó a poner una traba tras otra, para impedir su liberación. ¿Por qué? Porque quiere un pago ilícito de 50 mil pesos.
 
El juzgado respectivo, lejos de cumplir con su función, ha permitido, en cambio, que la agente del MP haga de las suyas. "Pareciera que están de acuerdo para compartir lo que nos cobran", según nos dice el padre del joven que está injustamente tras las rejas, en un penal de Texcoco.
 
Lo que ha pasado este joven dentro de la cárcel no es nuevo: abusos de los custodios y... de los propios internos; cobros por todo: por visita, por introducir algún alimento o bebida, por la visita familiar.
 
Por lo demás, la corrupta agente del ministerio público pugna en vano por los 50 mil pesos que quiere: la familia de la víctima no tiene para pagarlos. 
 
El problema, que tampoco es nuevo, radica en que este joven podría quedarse quién sabe cuánto tiempo tras las rejas por un delito que no cometió. 
 
¿Cuántos casos más habrá como éste? Seguramente varios, muchos. Ah, pero eso sí: funcionarios de los tres órdenes de gobierno se llenan la boca hablando de justicia y de combate a la corrupción. ¡Bah!