Los gasolinazos y el sometimiento a su majestad, el Mercado

27.12.2016 13:45
 
El mercado (hablando en términos económicos) de ninguna manera es un ente autónomo, intocable e infalible.
 
El mercado existe porque antes hay seres humanos que compran, venden o cambian. Sin personas, no habría mercado.
 
El mercado, por ende, debería de supeditarse a la Ética más elemental.
 
Lo que ha hecho el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto con las gasolinas, dado que es el tema que nos ocupa, dista mucho de apegarse a una ética económica, por simple que sea.
 
A Peña, a Videgaray, a Meade, a Coldwell y compañía, lo que menos les interesa el es bien del ser humano. Su verdadera prioridad es complacer a su majestad, el mercado.
 
Prueba de ello es la entrevista al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, difundida por la dependencia a su cargo, en la que intenta justificar los aumentos a las gasolinas y la próxima liberalización de ese mercado.
 
La transcripción íntegra de la entrevista la tiene usted a su disposición en formato PDF y, también, en audio mp3.
 
Con base en ella, hicimos el siguiente comparativo:
 
Palabra Veces que fue utilizada
por el secretario Meade
   
Consumidor 0
Mercado 16
Precio 19
Precios 15
Costos 11
Costo 7
Tributarias 2
Políticas  3
Comerciales  2
Petróleos Mexicanos 1
Pemex 2
CRE (Comisión Reguladora de Energía) 3
 

Saque usted una primera conclusión. Y la segunda, a partir del siguiente fragmento de la entrevista concedida por Meade y difundida por Hacienda:

De hecho, es un cambio tan importante que nos permite hablar por primera vez en nuestra historia, de un mercado de gasolinas, de un mercado en donde se dan ya los elementos de costo, los elementos de reales los que lo determinen, y no un gobierno que podría mantener el precio artificialmente bajo, o artificialmente alto, en función de sus conveniencias y de sus circunstancias. 

Cara a todo lo que viene, cara a la necesidad de fortalecer finanzas públicas, lo que no podemos ya tener es un mercado en donde por diferentes razones mantengamos el precio artificialmente alto o artificialmente bajo. Esos momentos no son ya compatibles con las finanzas públicas, no son ya compatibles con la modernidad que el país debe de tener.

Y no es razonable pensar que sea el gobierno el que tenga que estar administrando el precio de algo que en el resto del mundo es un mercado competido, es un mercado que genera inversiones, es un mercado que genera diferentes estrategias comerciales. Y es un mercado que para que se pueda desarrollar tiene que ir reflejando sus costos, y cuando sus costos suban ajustarse, y cuando sus costos bajen ajustarse también.

 

O sea, el Estado, neutralizado, tal y como exige su majestad, el Mercado. 

 

 

De hecho, es un cambio tan importante que nos permite hablar por primera vez en nuestra historia, de un mercado de gasolinas, de un mercado en donde se dan ya los elementos de costo, los elementos de reales los que lo determinen, y no un gobierno que podría mantener el precio artificialmente bajo, o artificialmente alto, en función de sus conveniencias y de sus circunstancias.

Cara a todo lo que viene, cara a la necesidad de fortalecer finanzas públicas, lo que no podemos ya tener es un mercado en donde por diferentes razones mantengamos el precio artificialmente alto o artificialmente bajo. Esos momentos no son ya compatibles con las finanzas públicas, no son ya compatibles con la modernidad que el país debe de tener.

Y no es razonable pensar que sea el gobierno el que tenga que estar administrando el precio de algo que en el resto del mundo es un mercado competido, es un mercado que genera inversiones, es un mercado que genera diferentes estrategias comerciales. Y es un mercado que para que se pueda desarrollar tiene que ir reflejando sus costos, y cuando sus costos suban ajustarse, y cuando sus costos bajen ajustarse también.