Mantener a Graco significará sumir a Morelos en la anarquía

02.01.2016 12:02

El autor analiza la situación política y de inseguridad del Estado de Morelos, a partir del asesinato de la nueva presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota Ocampo, perpetrado la mañana de hoy.

 
El asesinato de la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota Ocampo, y de otras dos personas más, sólo confirma lo que hemos denunciado tantas veces en este espacio: que el Estado de Morelos se encuentra al garete, por el desgobierno del cacique Graco Ramírez.
 
La funcionaria fue acribillada dentro de su domicilio, junto a dos personas allegadas. Había tomado posesión este 1 de enero. Ni siquiera gobernó un par de días.
 
Gisela Mota ofreció en su discurso de toma de posesión que iba a combatir a la delincuencia organizada de manera frontal y directa. Decir eso resulta muy peligroso en una entidad donde los grupos criminales son los que verdaderamente tienen el poder en la entidad.
 
¿Qué pasará en Morelos? Quién sabe. Más allá de que la policía municipal de Cuernavaca haya sido desarmada y de que el nuevo presidente municipal, Cuauhtémoc Blanco, un advenedizo en la política, empiece a conocer a Graco, lo que nos preocupa verdaderamente es la seguridad de todos aquellos que con valentía han denunciado por la vía penal y a través de algunos medios de comunicación, al corrupto aparato oficial que encabeza nominalmente el mismísimo gobernador del Estado.
 
El caos que priva en Morelos amerita que el Congreso de la Unión estudie la conveniencia de someter a Graco Ramírez Garrido Abreu a un juicio político. No hacerlo podría impedir la caída de tan bella entidad en la vorágine de la anarquía.