Noche mexicana
Ya pasó la noche del grito. Ya no es 16 de septiembre. Pero la de este sábado, fue una verdadera noche mexicana. No hubo gritos, ni estridencias. Tampoco, alcohol.
Tres familias se reunieron para conmemorar el inicio de la independencia nacional. La estancia, cálida como siempre, lucía un escudo nacional, y un pendón tricolor. La gentil anfitriona, portaba un sencillo, pero elegante collar, en verde, blanco y rojo.
La mesa se engalanó con platllos como los genuinamente mexicanos nopalitos, con cebolla y jitomate. También, con unas deliciosas albóndigas preparadas a base de frijol y queso cotija. Hubo agua de nabo, de horchata y de jamaica.
Las majaderías estuvieron ausentes. Los cohetones, de igual manera. Pero en los corazones de los concurrentes latió fuerte el corazón de México.
La música de mariachi, enmarcó lo singular de esta noche mexicana, en la que se ratificó un compromiso de honor: el de seguir dando lo mejor a esta Patria, de manera anónima, pero decidida; sin esperar recompensa alguna.
México lo merece.