Peña no dio razones concretas

04.01.2017 13:00

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El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, recurrió a lo de siempre: los gasolinazos eran necesarios para preservar la estabilidad de la economía, la macroeconomía -la que interesa a los especuladores internacionales- y no la micro, la que interesa a la gran mayoría de los mexicanos, que ven cómo su poder adquisitivo se empequeñece cada día.

Su discurso de este mediodía, apegado al librito de lo "doloroso pero necesario", no se sustentó en un solo argumento concreto (basado en cifras verificables). Recurrió, también como lo hace la clase en el poder, a la autoexhoneración. Dijo que los aumentos a las  gasolinas no obedece ni a la Reforma Energética, ni a la Hacendaria. Le echó la culpa a los aumentos en los precios internacionales del petróleo.

Cuando el petróleo estuvo caro, el régimen neoliberal desperdicio los ingresos excedentes. Hoy, que sube, dice que es malo porque Pemex no tiene capacidad de aprovechar la situación.  El Presidente nada dijo de la estrategia premeditada para quebrar a Pemex; de cómo se le impidió construir nuevas refinerías y modernizar las ya existentes. Tampoco, de cómo se toleró el dispendio, tanto a nivel operativo como sindical.

Lo que hizo el Presidente fue advertir que no se tolerarán abusos, cometidos so pretexto de los gasolinazos y que habrá medidas de apoyo, aunque no detalló en qué van a consistir.

Hasta el momento, los gobiernos federal y estatales han sido rebasados por los vándalos que contaminan las legítimas protestas sociales. Además, es de reconocerse que la temperatura social está tan caliente que con cualquier chispazo, habrá profesionales de la subversión que la aprovecharán.

Lo cierto es que Peña Nieto y su gobierno perdieron hoy una oportunidad muy valiosa de corregir el rumbo político y económico y con eso, la crisis social habrá de agravarse.

Lo malo es que será la Nación mexicana la que pague las consecuencias, ante el agravamiento del caos.

México, peligra.