Políticos sin identidad; país en permanente crisis
El Principio de Identidad enseña que toda idea es igual a sí misma. Por ejemplo: la "A" es igual a la "A"; la verdad, a la verdad; la mentira, a la mentira. El bien, al bien.
El Principio de no Contradicción señala, por lo tanto, que si un juicio afirma algo, no lo puede negar al mismo tiempo. Seamos explícitos: si la "A" es igual a la "A", no puede ser igual a la "B"; derivado de lo anterior, la verdad no puede ser igual a la mentira: o el bien, al mal.
El Principio de Tercero Excluido complementa la anterior estructura lógica: Si un juicio afirma y otro niega al mismo tiempo, no puede darse una tercera opción. No puede suceder que medio se afirme y medio se niegue. O se dice "Sí", o se dice "No". Dicho de manera coloquial: una mujer puede estar embarazada o no. Lo que no puede ser es que esté "medioembarazada".
Por lo tanto, el Principio de Identidad es sinónimo de certidumbre.
El sistema político nacional de lo que carece es, precisamente, de identidad y de certidumbre. Permite que gente sin identidad ejerza el poder en detrimento de la verdad, del bien y de la estabilidad.
Demos unos cuantos ejemplos, derivados de la realidad del Distrito Federal:
1. Miguel Ángel Mancera Espinosa: fue postulado por el PRD, pero es "independiente".
2. Patricia Mercado: fue candidata presidencial del Partido Alternativa Socialdemócrata. Hoy, es la segunda del Gobierno del Distrito Federal.
3. Jorge Gaviño Ambriz: fue priista y luego, de Nueva Alianza (el partido de Elba Esther Gordillo). Hoy, sirve al gobierno matizado de PRD, como director general del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
4. Laura Ballesteros: fue panista. En la pasada elección, compitió por la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo, bajo las siglas del PRI-PVEM. Hoy, es la titular del Nuevo Modelo de Movilidad en la administración de Mancera.
Estos ejemplos locales se repiten al por mayor. Sólo es cuestión de buscarlos.
Conclusión: la crisis permanente de México es culpa de los políticos sin identidad.