Tlalocan. Camino bajo la tierra
01.11.2014 10:01

El proyecto Tlalocan incluye el descubrimiento arqueológico más importante dado a conocer recientemente, aunque se ha venido trabajando y difundiendo desde que se inició, hace 11 años, por el grupo del arqueólogo Sergio Gómez Chávez (tiene Facebook). Informaron que el trabajo exploratorio tuvo un retraso, por falta de presupuesto durante 5 años.
Resultados preliminares de los últimos estudios realizados se dieron a conocer en un simposio que se llevó a cabo el 30 y 31 de octubre, en el Museo Nacional de Antropología. Las 20 conferencias impartidas pueden verse abiertamente en 6 videos del INAH en Youtube.
El túnel explorado es de 120 m de largo y 15 m de profundidad, orientado de este a oeste. Fue hecho, usado y rellenado (150-200 d.C.) y ha tenido que ser analizado con radar y pequeños vehículos robots y fue escavado cuidadosamente, principalmente desde hace 5 años. En el pasado, el túnel fue reabierto y rellenado y fue inundado muchas veces. Creen que es una recreación del inframundo acuoso de Tlaloc. Al final del túnel, se encontraron 3 cámaras, pendientes de ser bien exploradas. La primera gran ofrenda encontrada se localiza a 103 m del túnel y tiene una cámara de 4 m por 8 m a 16 m de profundidad, con una gran variedad de restos arqueológicos milenarios: óseos de animales, lapidarios, cerámicos, semillas, madera y muchos otros muy especiales como pirita y ámbar. Estiman que los restos encontrados son más de 50,000. Deben ser más abundantes, ya que han informado que sólo las piezas de cerámica son cerca de 145,000, algunas desde 100 d.C.
Los estudios preliminares son diversos, pero muchos objetos no se han analizado con profundidad y muestran la magnitud del trabajo de análisis por realizar. Los numerosos restos rescatados son un muestrario de la extraordinaria y milenaria tecnología teotihuacana y de otras culturas alejadas, cuya caracterización y significado tendrá que ser explorado con mayor profundidad. Se recuperaron muchas piezas que son verdaderos tesoros o joyas singulares, como las hermosas de jade imperial, pero aun no se sabe su origen exacto, ni los procedimientos o la forma detallada en que fueron elaborados. Es un misterio cómo fue construido en detalle ese extraordinario túnel y sus cámaras. No se han encontrado las herramientas usadas, aunque se mostraron huecos terminados en punta que creen puedieron ser hechos con madera endurecida con fuego.
El caso muestra que la demanda potencial de estudios de la arqueociencia y otros campos técnicos especializados como la arqueometría, arqueobiología, arqueozoología, arqueoastronomía, etc., es muy grande. Al final de la última conferencia, Sergio recomendó que los laboratorios y equipos científicos del INAH se refuercen, para poder atender la demanda de estudios técnicos de los materiales rescatados. La limitante no es sólo del INAH. Por ejemplo, el único laboratorio conocido que ofrece servicios externos de fechamiento con la técnica de termoluminiscencia es el de Geofísica de la UNAM y es atendido por un especialista.
Han informado que en el país se han localizado geográficamente más de 46,000 zonas arqueológicas y registrado más de 107,000 monumentos arqueológicos. Ninguna de las zonas arqueológicas existentes ha sido explorada en forma extensiva y completa, como se muestra con claridad en el caso de Teotihuacán. Muchas ya no van a poder ser exploradas completamente, principalmente por las invasiones urbanas de construcciones y otras obras posteriores sobre ellas, como presas y las numerosas minas abiertas concesionadas. De los sitios arqueológicos explorados han rescatado millones de fragmentos de cerámica (tepalcates) que son excelentes para caracterizar sus materiales, pero la gran mayoría se entierra sin ser analizada en detalle con equipos científicos.
Lo interesante para la arqueociencia sonora es que Sergio informó que entre los restos encontrados se incluyen instrumentos musicales ceremoniales como trompetas de caracol marino. En el proyecto del túnel de la pirámide de la Luna, también encontraron trompetas de caracol. Debe haber sido muy impresionante percibir los potentes sonidos de las trompetas dentro de los espacios ceremoniales del túnel del inframundo y, más aún, si algunas del grupo rescatado de ellas se tocaron al mismo tiempo, porque ya se sabe que pueden producir batimentos complejos, como los infrasónicos que inducen efectos audible y neuronales muy especiales que parecen mágicos. Es probable que los sonidos de las potentes trompetas hayan podido escucharse en todo el túnel, si se tocaron en el espacio ceremonial en que fueron encontradas.
Las trompetas de caracol marino son las naturales más antiguas conocidas y se han usado en muchas zonas. Algunas trompetas de caracol antiguas ya se han analizado acústicamente, como los Pututos de Chavín Huátar, Perú (1). Las trompetas de caracol de Mesoamérica se comentan en un escrito, desde el punto de vista de la música arqueología. Se han publicado fotos de algunas de Teotihuacán como una hermosa trompeta de caracol del Museo Nacional de Antropología (MNA), que han sido asociadas al agua.
Linda Manzanilla informó que el proyecto del Barrio de Teopancazco encontró instrumentos musicales, pero no se han comentado en detalle y analizado con profundidad en las conferencias impartidas, ni se conocen estudios a fondo publicados de otros instrumentos o artefactos sonoros del sitio de Teotihuacán, principalmente porque en la arqueología dicen que no saben analizarlos formalmente, porque en sus escuelas no les enseñan las técnicas necesarias y tampoco disponen de los laboratorios requeridos para ello.
Se conocen muy pocos instrumentos musicales teotihuacanos, aunque se han mostrado algunos extraordinarios como la gran flauta cuádruple de arcilla que se ha exhibido en la Sala de Teotihuacán del MNA. No se sabe bien ni cómo se tocaban las flautas multiples antiguas, pero pueden caracterizarse y explorase las capacidades sonoras de sus modelos experimentales y analizarse las grandes flautas etnológicas que aún se usan en el sur de nuestro continente (2).
En Teotihuacán, como en muchos otros sitios importantes, existe una demanda potencial de estudios de la arqueociencia sonora. En un sitio tan rico en ofrendas ceremoniales, como las del Camino de Tlalocan o Mictlán, lo sonoro debe haber sido muy usado, como se muestra en la rica iconografía del mural del Palacio de las Mariposas y grabado en piedra, en el mural del Tlalocan de Tepantitla y en los artefactos sonoros rescatados. Es imposible imaginar tantos espacios ceremoniales antiguos en silencio.
Muchas culturas antiguas usaron trompetas, pero algunas de materiales perecedero se perdieron con sus usuarios, como las pintadas en el hermoso mural de Bonampak. Se ha mostrado que hasta las desaprecidas en el pasado pueden estudiarse con base en sus pinturas, como es el caso del Analisis virtual de trompetas mayas.
Efectos especiales en cuevas antiguas ya han sido analizados acústicamente, como Echoes in the Dark y Songs of the Caves. La acústica de los espacios ceremoniales es un campo nuevo de estudio de la acústica arquitectónica.
En 2015, hay que seguir atentos a los resultados de trabajos de exploración de las grandes cámaras restantes, para conocer otros restos antiguos depositados en ellos, que pueden ser aún mas ricos y significativos que los encontrados. Los tesoros recuperados y analizados pueden ser la punta del icerberg. Se cree que puede haber osamentas o esqueletos de gobernantes teotihuacanos, aunque no hay certeza de ello.
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