CIUDAD DE MÉXICO, 4 de agosto.- Actualmente los científicos desconocen todavía qué ocurre gran parte en el cerebro humano, con mayor razón, es más difícil saber qué piensan los animales. Sin embargo, la mayoría de expertos coinciden en señalar que los perros experimentan algunas emociones de forma muy similar al ser humano. Entre otras, la felicidad.
El llegar a tu casa y que tu perro te reciba con tanta efusividad es una de las experiencias más gratas que puedes vivir. En el momento en que introduces las llaves en la puerta de tu casa, ya puedes escuchar el olfateo profundo de tu mascota.
En cuanto abres la puerta, tu amigo de cuatro patas, te recibe como si llevara mucho tiempo sin verte y se vuelve loco de felicidad por tu regreso. Las reacciones pueden variar entre canes: algunos no paran de dar vueltas alrededor tuyo, otros tratan de alcanzarte poniéndose a dos patas (con la intención de lamerte la cara), algunos dan vueltas en el suelo, otros se ponen a brincar de felicidad, y determinadas razas –como los gran danés-, se recargan en ti para que no dejes de acariciarlos.
Pero ¿por qué experimenta una intensa alegría tu perro?
El neurólogo Gregory Berns, catedrático de la Emory University School of Medicine de Atlanta, fue el primer científico que logró que los canes se sometieran voluntariamente a los escáneres de resonancia magnética. Los investigadores ya habían realizado estas pruebas con perros, pero tenían que sedarlos para que no escaparan de las máquinas, que hacen un ruido molesto que no toleran. Y, claro, las pruebas que pueden realizarse con perros despiertos ofrecen una información mucho más valiosa.
Berns plasmó los resultados de su estudio en su libro How Dogs Love Us (Cómo nos aman los perros). Una de sus principales conclusiones es que los perros distinguen a los humanos como como un grupo separado de ellos pero, aun así, sus dueños son considerados como parte de la familia. Incluso, prefieren buscar la ayuda de sus amos, que la de sus semejantes, algo que podría indicar que los canes son conscientes de que los humanos cuentan con recursos que ellos no tienen.
Al introducir a los perros en el escáner, y darles a oler diferentes fragancias, Gregory Berns comprobó que distinguen perfectamente entre los miembros de su especie y los humanos, pero también entre aromas conocidos y desconocidos. En particular, el olor de un humano familiar provoca una recompensa en el cerebro, incomparable con la que generan el resto de estímulos, es decir, guardan un lugar especial en su cerebro sólo para nosotros.
Reportes de otro neurocientífico de la Universidad de Trento Giorgo Vallortigara, aseveró que el perro siente cariño por sus dueños, y es feliz cuando se encuentra con ellos, de la misma forma que un niño se alegra de ver a sus padres. Pero su reacción ante el reencuentro es mucho más intensa. A diferencia de lo que ocurre con nuestros hijos, a un perro no podemos explicarle que vamos a volver.
“Los saludos exagerados que se pueden observar en muchos perros tienen que ver con el hecho de que no han aprendido todavía a aceptar la posibilidad de una separación no voluntaria”, explicó el neurocientífico. Pero hay algo más. Los perros cuando están solos se aburren como ostras.
“Tu perro probablemente ha estado todo el día sin nada que hacer y, lo que es peor, puede haber estado solo, lo que es desagradable para un animal social”, manifestó Vallortigara. “Así que, además de alegrarse de vernos, probablemente está sintiendo un alivio pues sabe que ahora va a hacer algo interesante, como salir a la calle y tener a alguien cerca”.
En síntesis, no olvides que el ritual de saludo para tu mejor amigo es de suma importancia, pues es su manera de demostrarte su amor, y obtienen información de dónde has estado o si has permanecido con otros perros.