Tomado del Análisis Económico Ejecutivo del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) correspondiente al 29 de febrero de 2016.
El fin último de cualquier gobierno es el bienestar de las familias, pero para conseguirlo es fundamental tener instituciones robustas, estas entendidas como las reglas del juego de una sociedad, según la visión de Douglass C. North, premio nobel de economía.
Las reglas del juego deben ser lo más transparentes y eficientes posible, de tal manera que permitan a todos los agentes económicos desarrollarse dentro de la legalidad, de tal manera que se establezca un ambiente de negocios que sea un verdadero estímulo para la inversión, la generación de empleo y por ende bienestar de los hogares.
Sin embargo, en México la corrupción se ha consolidado como la mayor institución, vista desde este ángulo, ubicándose como el principal factor que inhibe los negocios, de acuerdo con el Reporte Global sobre la Competitividad 2015-2016 elaborado por el Foro Económico Mundial.
En nuestro país se ha ido robusteciendo un ambiente en el que no necesariamente gana el que tiene la razón, sino el que tiene más dinero, es decir, el que tiene la mayor capacidad de corromper las instituciones que rigen la actividad económica, lo cual resulta ser altamente regresivo, puesto que serán los que menos tienen los que tengan la menor oportunidad de competir en esos términos.
Evidentemente el bienestar de las familias depende de su ingreso, el cual a su vez depende de un empleo bien remunerado, y que solo será posible si prevalece un entorno en el cual la inversión productiva tanto pública, que incentiva y complementa el flujo de capital privado, como la privada que es la principal generadora de empleos, fluya eficientemente.
En este entorno, en el que la mejora regulatoria es esencial para eliminar trabas y reducir costos a los agentes económicos para realizar sus actividades productivas, e incidir en la reducción de los niveles de corrupción y con ello contribuir a elevar la eficiencia y competitividad de nuestro país, entre 2013 y 2014 el CEESP realizó una encuesta para evaluar el marco regulatorio vigente, así como las condiciones de buen gobierno en 56 municipios del país.
Específicamente en el reactivo dirigido a evaluar los niveles de corrupción a través de conocer la situación en cuanto a la incidencia de los pagos extraoficiales que las empresas tiene que hacer en ocasiones para agilizar trámites o conseguir permisos, se aprecia que 22 de los 56 municipios sondeados se ubican por arriba del promedio de los municipios con mayor incidencia en este tema. En este caso es importante mencionar que las cuatro delegaciones (futuras alcaldías) que se tomaron en cuenta de la Ciudad de México, se ubican por arriba del promedio y entre las más corruptas, especialmente la Delegación Azcapotzalco, que ocupa el lugar 54. Nezahualcoyotl y la Delegación Venustiano Carranza ocuparon las posiciones 48 y 47, respectivamente, respectivamente, mientras que la Delegación Benito Juárez fue al número 43.
Esto es relevante sobre todo ahora que inicia el proceso de la elaboración de la Constitución de la Ciudad de México, que establecerá las bases de las reglas del juego, porque son estas las que deben cambiar, estar en línea con el objetivo de bienestar de las familias y desarrollo de la actividad productiva.
De no considerar esta situación seguiremos atrapados en un ambiente de corrupción e impunidad, con todos los costos que esto implica, dese altos niveles de inseguridad, bajos estándares educativos, que son limitantes de la inversión y por ende de la posibilidad de más empleos bien remunerados que propicien un mayor bienestar de los hogares mexicanos.
No hay que olvidar que actualmente la necesidad de empleos de tiempo completo es de 12.5 millones, y esto puede estar en parte, relacionado con los altos niveles delincuenciales debido a que al no conseguir un empleo que represente el suficiente ingreso para las familias, es obvio que las personas busquen alternativas que no siempre son legales.
Evidentemente, esto se relaciona con la falta de inversión, por lo que es fundamental establecer las reglas del juego que permitan impulsarla.
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Foto: Archivo PL | Coparmex Estado de México.