Más allá de un recorte al gasto

Tomado del Análisis Económico Ejecutivo del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) correspondiente al 7 de marzo de 2016.

 
La fuerte caída de los precios del petróleo, la volatilidad de los mercados financieros internacionales, la depreciación del tipo de cambio y el menor dinamismo de la economía mundial, fueron los sucesos que llevaron a la Secretaría de Hacienda a tomar la decisión de realizar un recorte al gasto por 124.3 mil millones de pesos (mmp) en 2015, hace poco más de un año, como medida preventiva. De este total 52.3 mmpestarían a cargo de dependencias y entidades del Gobierno Federal, 62 mmpsería el ajuste en PEMEX y 10 mmpen CFE.
 
Si bien este entorno fue la razón de llevar a cabo dicha estrategia, también un elemento importante a considerar era el comportamiento de la deuda, medida a través del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Púbico, que se observaba desde 2009, pero sobre todo la expectativa que se tenía para el periodo 2013-2018, que implicaba un aumento de 4.6 puntos del PIB, según las cifras de los Criterios de Política Económica para 2015, publicados en 2014, cifra que se incrementó de manera significativa en los Criterios para 2016 que se publicaron en 2015, en donde se estimó un aumento de 9.7 puntos del producto para el mismo periodo. Más del doble del proyecto previo.
 
Las cifras de la Secretaría de Hacienda indican que al cierre del 2015 el recorte planeado no se realizó, de hecho el gasto público resultó 197.3 mmp superior a lo que se había presupuestado para todo el año. No obstante, las autoridades hacendarias señalan que el ajuste para el 2015 se cumplió en las partidas en que se habían anunciado. Si bien es cierto que en diversas partidas se cumplió la meta, incluso por arriba de lo previsto, como es el caso del recorte al gasto en Comunicaciones y Transportes, Medio Ambiente y Recursos Naturales y en Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en la mayoría de las otras partidas donde se habían programado recorte, el gasto resultó superior, en especial en Energía, donde se programó un recorte de 80 millones de pesos y su gasto resultó 108 mmp por encima de lo planeado.
 
En febrero del presente año, la Secretaría de Hacienda anunció un nuevo ajuste preventivo, esta vez para 2016 por un monto de 132.3 mmp, de los cuales 32.3 mmplos llevarán a cabo las dependencias y entidades del Gobierno Federal y los 100 mil millones restantes los aplicará PEMEX. En este último caso llama la atención que si la solución de los problemas de PEMEX radica en incrementar su producción de crudo, no se entiende por qué la mayor parte del recorte se llevará a cabo en las tareas de exploración y extracción.
 
Asimismo, se infiere que este ajuste corresponde al que se anunció en los Precriterios 2016 por un monto de 135 mmp, lo cual puede explicar en parte el hecho de que en los resultados de las finanzas públicas de enero de este año ya se aprecie una disminución de 11.6% real en el gasto del sector público. De ser así, el anuncio del recorte no refleja nada nuevo, cuando ya se tenía planeado y anunciado desde el año pasado, lo único es que finalmente el ajuste estaría ligeramente por debajo de lo planteado originalmente. 
 
Sin embargo, existe un ambiente de preocupación por el grado de compromiso del Gobierno Federal para cumplir con esta meta, sobre todo después de conocer los resultado del 2015. Además existe la inquietud por el impacto que tendrá este ajuste en el ritmo de crecimiento de la economía, debido a que de nuevo la inversión es el renglón de ajuste. 
 
Hasta ahora gran parte del gasto público es estéril porque no contribuye ni al crecimiento, ni tampoco a reducir la desigualdad y la pobreza. Si bien es relevante reducir el gasto improductivo que ha caracterizado al Presupuesto de Egresos, debe ser más importante revisar su composición total. Eliminar todos aquellos programas que no tienen rentabilidad social, es fundamental en el proceso de hacer más  eficiente la asignación de los recursos.
 
La coyuntura debe llevar al Gobierno a ser más proactivo en materia de saneamiento de las finanzas públicas. Actualmente no tenemos precios del petróleo elevados ni tasas de interés a la baja que en su momento dieron una amplia holgura al gasto público propiciando que las autoridades no se preocuparan por realizar ajustes preventivos. Ahora es preciso fortalecer los ingresos recurrentes y con base en ello planear excedente de ingresos se transfieran de inmediato al gasto, como ya pasó en 2015, cuando los ingresos fueron 242.5 mmpmayores a lo previsto y el gasto aumentó, como ya mencionamos en 197.3 mmp. Replantear la dirección del gasto y la estructura de los ingresos tributarios, deberá hacerse pensando en el mediano y largo plazo.
 
La idea es lograr que el Presupuesto de Egresos cumpla con el objetivo de generar un entorno en el que la población pueda desarrollarse eficientemente, mejorando la distribución del ingreso, el nivel de vida de las familias y estimular el crecimiento de la economía de manera permanente.