Por Roberto Velázquez Cabrera
La tecnología educativa de los pueblos del México antiguo y de muchos otros de nuestro continente, no se conoce bien y es un misterio, aunque existen escritos e ilustraciones iconográficas sobre la educación prehispánica, pero algunos son de testigos o fueron plasmados en códices posteriores a la invasión y en la mayoría hablan o escriben de generalidades.
Muchos han dicho que eran pueblos semisalvajes e incultos, como los que utilizaron ese argumento para invadirlos, colonizarlos, catequizarlos, esclavizarlos, explotarlos y hacerlos dependientes y pobres.
A pesar de que tenían y aún sobreviven cientos de idiomas antiguos, no se sabe bien como se comunicaban entre ellos y, sobre todo cómo se educaban, aunque todos tenían escuelas de diversos tipos y para varios propósitos y niveles sociales. Acumularon el conocimiento cultural y técnico de todo su entorno y de lo que necesitaban, como animales, plantas, minerales, astronomía, guerra, pintura, lapidaria, ingeniería, sonidos, danzas, arte, medicina, etc. Practicaban el comercio y hasta cobraban tributos.
Ahora no existen escuelas y materiales educativos para todos sus descendientes, ni siquiera los locales, ya que hasta muchos de los profesores rurales asignados en las escuelas primarias no hablan los idiomas mexicanos regionales.
La cultura mexicana ni siquiera se difunde con amplitud en las escuelas elementales, como lo hacen Graciela Sánchez e Ian Mursell en Mexicolore en 2000 escuelas de Inglaterra, desde hace 30 años. En 2015, fomentaban lo Azteca. Ahora difunden lo Maya. En los programas educativos mexicanos han predominado los criterios conservadores y desnacionalizados que fueron traidos e impuestos por los invasores, colonizadores y sus seguidores criollos que subsisten, eliminado todo lo relativo a los pueblos originarios y su cultura.
Ahora, a pesar de la globalización y por sus efectos, aun no es posible establecer una comunicación universal entre los hablantes de todo el mundo. No existe ni se practican un lenguaje universal, que conozcan todos. No se han generado traductores automáticos y los que existen no son buenos y funcionan sólo para dos idiomas a la vez.
Lo que se ha tratado de imponer en el mundo es una unicultura mundial y muy pocos lenguajes se fomentan y practican internacionalmente en forma dominante. Ni siquiera en los medios educativos se desea y se busca una universalidad al difundir el conocimiento.
Un ejemplo ilustrativo concreto. Me han solicitado clases usando Internet sobre estudios originales de los extraordinarios sonidos mexicanos, pero quieren que se haga en el idioma de cada solicitante. No es posible o sencillo hacer una presentación universal, orientada a un auditorio amplio, para todos los idiomas o que no incluya texto o voz de ninguno.
Algunos dicen que lo haga en el lenguaje de los mercaderes internacionales, pero no lo hablo bien, muchos interesados de otros idiomas no lo entienden y es muy aburrido ver y escuchar a un expositor hablando, bla, bla, bla. En unos minutos se aburren.
Aunque se use texto o voz en un idioma en particular, las palabras no son adecuadas y suficientes para describir, mostrar y caracterizar bien los sonidos complejos antiguos, ya que ni siquiera pueden transcribirse o tocarse musicalmente.
Se cree que es posible utilizar técnicas y métodos antiguos e históricos, para estudiarlos, reusarlos y mostrarlos, como los del cine mudo, pero aprovechando los propios sonidos y otros multimedios modernos. En ilustraciones de códices se muestra que los dibujos, las pinturas y los sonidos eran muy usados para la enseñanza. Todos los niños empiezan a aprender, sin necesidad de los lenguajes, antes de que los conozcan y dominen.
Desde la época temprana e, inclusive, desde la prenatal, los sonidos pueden ser utilizados para estimulación neuronal y perceptiva. Eso es muy importante, porque todo lo que somos y sabemos se origina en lo que percibimos con todos nuestros sentidos.
Los pocos ejemplos conocidos, sin texto o voz, se han aplicado a ejercicios de aprendizaje y entrenamiento de niños que aún no hablan o entienden un idioma, como algunos juegos o procesos de armado de piezas, pero no a todos los campos y niveles educativos.
Muchos hablan o escriben de las ventajas de las tecnologías de la información, pero no se han aprovechado bien para una educación nacional o internacional, ni siquiera para una clase en vivo. Cuando planteo esa posibilidad a los profesores, parece que algunos nunca lo han considerado y reacionan como si fuera una pregunta de un extraterrestre.
Es interesante analizar los intentos de comunicación que se han enviado al universo, como el Mensaje de Arecibo de 1973 que tenía 1679 bits. He escuchado su audio de 2:44, pero no puedo entender algo derivado de sus sonidos. Sus frecuencias graficadas espectralmente, tampoco muestran algo visual entendible. En el proyecto Voyager de la NASA se enviaron mensajes al universo, incluyendo The Golden Record, pero no se ha localizado, en parte, porque dicen que ya no se vende. Los segmentos de audio abiertos no son muy claros. Las figuras grabadas en metal reconocibles son de figuras humanas.
En las políticas, planes, programas, proyectos y modelos educativos macionales no se incluye el deseo o intención de crear y fomentar algo universal, para todos, ni siquiera para los mexicanos. Los que quieren evaluar a los maestros de las escuelas elementales ni siquiera consideran y atienden las necesidades de cada uno de los pueblos originarios mexicanos. Hasta algunos de las cientos de variantes de los lenguajes antiguos mexicanos están en peligra de extinción.
No se conocen estudios de sus demandas particulares ni de los objetivos nacionales a lograr, aunque dicen que quieren impulsar la calidad educativa, pero tampoco se conocen estudios formales de la demanda educativa nacional. Apenas ahora, se formula un "Modelo educativo", que no puede instrumentarse en lo que les queda de tiempo a los actuales administradores. primero se fomentan las reformas y los cambios laborales y luego van a definir lo que quieren lograr con ello. O sea los deseos al final. Como planeadores, no pasan una prueba elemental.
Ninguna dependencia gubernamental nacional dispone de medios propios, ni para para difundir sus informes, actividades y propaganda, ya que todos utilizan plataformas y sistemas creados y operados en el extranjero. Ya se ha comentado que toda la tecnología de telecomunicaciones de valor se importa.
No se ha encontrado una instalación adecuada con equipos y sistemas avanzados de banda ancha, para trasmitir clases usando videos con streaming, de un punto a multipuntos en todas direcciones. Existen salas locales con los equipos y sistemas necesarios, pero son difíciles de usar y los que disponen de los recursos necesarios transmiten principalmente en una dirección, principalmente con voz. Muchas de ellas pueden hacerse por radio, cuando incluyen sólo voz en audio.
Telmex ofrecía servicios en salas especiales de banda ancha, pero ya no lo hace. Ni siquiera en las instituciones educativas se ofrecen salas para trasmitir videos de calidad en vivo.
Se entiende, aunque no se justifica, que los mercaderes de la educación ofrezcan cursos sólo a los ricos que pueden pagarales, pero no es aceptable que las instituciones educativas que reciben recursos públicos no proporcionen servicios abiertos en la red mundial. Ni siquiera los organismos que se crearon con finalidades nacionalistas y patrióticas, ofrecen curso abiertos en la web. Es un absurdo que los pocos que aprovechan Internet para fines educativos lo hacen en la red oculta o secreta, como los que requieren cuentas y contraseñas para entrar a sus sistemas virtuales. Todos dan cursos presenciales a muy pocos alumnos, aunque la demanda potencial educativa nacional es de millones, que ni siquiera pueden aspirar a ser admitidos.
Por ejemplo, el Instituto Politécnico Nacional dispone de varias salas de banda ancha o redes avanzadas, pero son difíciles de usar, como en los días no laborables. Con un permiso especial, puedo utilizar una computadora de la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología, pero no puede usarse bien en los días laborables, porque hay muchos estudiantes que tienen prioridad, generan ruido y mucho tráfico en la red, lo que impide la trasmisión adecuada de videos de calidad en vivo. El organismo dispone de cientos de computadoras para apoyar a sus estudiantes, pero ni siquiera tienen camaritas (webcams) y el uso de videos está restringido, sin que existan regulaciones formales que lo impidan.
Se ha comentado mucho en los medios un video de Youtube titulado: “Anuncia Enrique Peña Nieto cambios a su cuarto Informe de Gobierno”, pero su auditorio va a ser reducido y seleccionado, sólo hablando en español, como siempre ha sido.
El Presidente Obama publica videos de sus informes en Internet, pero hablado en el Congreso, como el State of the Union of 2016.
En todo el mundo les gusta hablar mucho, pero es importante saber lo que realmente hacen o impulsan en la realidad.
En la posibilidad del uso de esos sistemas de videos hay democracia, ya que ahora cualquiera puede hacer anuncios en los medios y sistemas modernos de telecomunicaciones similares, si sabe cómo hacerlo.
Ya se han grabado, editado y subidos a la web varios videos abiertos, con voz en español y texto en inglés, con la ayuda de Alejandro Barragán, como los de Ritmos Yumanos, Silbatos Labiales Mexicanos y Ranas de Yaxchilán.
Esperamos que pronto podamos dar una clase experimental, aprovechando los multimedios disponibles, aunque sea sobre los extraordinarios y exclusivos sonidos mexicanos, como los de la muerte y la vida, pero ahora uso el texto del idioma que nos impusieron y usamos.
En lugar de importar la tecnología de valor, como ha sucedido desde hace cinco siglos, podríamos exportar algo de nuestro patrimonio milenario, que es exclusivo y extraordinario, al menos, para obtener divisas adicionales para compensar los gastos, si los incultos de los poderes no quieren fomentar otro conocimiento de valor, como la cultura también milenaria, incluyendo la educativa y hasta artes singulares que pueden recrearse y fomentarse para ayudar a lograr un verdadero desarrollo.
Tlapittzalli