¿El agua potable, un bien escaso… y un derecho fundamental?
01.02.2016 00:00
@Laulaws (*)

Las autoridades capitalinas trabajan en relación al operativo interinstitucional para abastecimiento de agua potable, a los habitantes de la Ciudad de México ante un trabajo preventivo de mantenimiento del Sistema Cutzamala hasta el día 4 de febrero del presente.
Por redes sociales, las autoridades recomiendan medidas que permitan extremar el uso racional además del ahorro del agua potable.
“Los efectos de la falta de agua serán más agudos. Los días 1, 2, 3 y 4 de febrero por el periodo de recuperación de niveles en los tanques y presiones en la red de distribución, situación que afectará a 410 colonias” señalan en declaraciones los funcionarios de primer nivel del gobierno de la Ciudad de México.
En medio de la realidad, además de estas declaraciones, se percibe el valor invaluable del agua potable que permite reflexionar acerca de la naturaleza jurídica del agua potable; como un bien público, escaso limitado, cuyo uso, disponibilidad y acceso, tienen que ver además de un marco jurídico que cuestione la eficacia y capacidad del sector público, también con un compromiso de responsabilidad administrativa al promover y garantizar políticas públicas, con dirección apropiad para proteger y respetar el texto constitucional, que considera el agua potable como un derecho fundamental a la salud.
Atender el abasto y tratamiento, no sólo con organización del sector privado, sino con inversión y eficiencia en los servicios públicos del agua potable es una responsabilidad de las autoridades locales, en el marco de su ámbito competencial, que nos conduciría a un futuro que el ordenamiento constitucional señala en el Artículo 4, párrafo quinto: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar”.
Hasta aquí los escenarios armónicos de desarrollo social y económico deseables para el gobierno y los gobernados, sólo que también hace propicio recordar que el agua potable, como bien público escaso, si quedara constreñido a la ley de la oferta y la demanda, quizá sería además un bien demasiado caro, no solo por su precio, sino por su acceso y disponibilidad y calidad que es vital para nuestra vida.
¡Trabajemos juntos… El agua es un derecho fundamental… ¡No lo olvides!
(*) Profesora universitaria en el Área de Leyes de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac México, campus norte.