A él nadie lo llora
01.11.2014 21:24
La Policía Federal informó que el buzo Higinio Flores Cruz perdió lamentablemente la vida, el pasado 29 de octubre, durante las labores institucionales de búsqueda de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero. El deceso ocurrió en el Río San Juan, municipio de Cocula.
La corporación indicó que "Higinio Flores Cruz, de 27 años, ingresó a la corporación en 2007 y estaba adscrito a la División de Fuerzas Federales, integrado al Grupo de Operaciones Rurales de la 23ª. Unidad de Apoyo a Operativos Conjuntos; era uno de los elementos de la Policía Federal desplegados en el estado de Guerrero, abocados a las tareas de búsqueda y participaba en los reconocimientos acuáticos."
En un comunicado de prensa, fechado el 30 de octubre, detalló que "El lamentable fallecimiento del elemento sucedió cuando el equipo de buzos se preparaba para la undécima inmersión de la jornada de ayer y la lancha volcó impactándose contra un árbol. Otros seis elementos más resultaron con golpes diversos."
Así se extinguió la vida de un buen policía. Ah, pero para él no hay declaraciones grandilocuentes, porque no representa botín político. La mayoría de los medios de comunicación apenas se ocupó del asunto, porque la muerte de un uniformado, en el cumplimiento del deber, no es escandalosa y, por lo tanto, "no es nota".
Nos lastima, claro está, la muerte de 6 personas en Iguala; no olvidamos que esa fatídica noche del 26 de septiembre resultaron lesionadas entre 17 y 30 personas. Y menos, que 43 estudiantes normalistas fueron privados ilegalmente de su libertad y que, a la fecha, se ignora su paradero. La condena social a esos hechos está más que justificada.
Pero al policía federal Higinio Flores Cruz, de 27 años de edad, muerto en el Río San Juan, del municipio de Cocula, Guerrero, nadie lo llora, con excepción de sus familiares y amigos.