Desde dentro, una perspectiva política

14.04.2016 14:28
Me inicie en la política como militante. Poco a poco me involucre ligeramente y me convertí en promotora del voto. Esta labor la hice con orgullo y la convicción de estar haciendo algo positivo. Realmente, elevaba mi voz pidiendo el voto para una persona que pese a tener historia, empezaba a ser el líder que tal vez todos esperábamos.
 
Durante el corto tiempo que estuve en promoción de voto, pensaba que los ideales del partido superaban otras creencias políticas y me enorgullecía del color que portaba. Hasta entonces, aun no veía claramente cómo se manejaban otros asuntos partidistas. 
 
Un día, sucedió lo de Lomas Taurinas, y cayó Luis Donaldo Colosio. Jamás había llorado por un político, pero esta vez, había creído en alguien, y al darme cuenta de que detrás de un homicidio siempre hay una mente y un deseo, decidí analizar no el hecho, sino las condiciones que se presentan ante cada candidato para hacerlo válido o sacarlo del mapa.
 
Los partidos en esencia tienen grandes ideales, el problema es que quienes los administran, tienen sus expectativas muy lejanas a las originales. La mayoría de los políticos ve la política y la democracia como un modus vivendi. Craso error.  
 
La política es para servir al pueblo, quieran que no, y es el trabajo del pueblo lo que “alimenta”  a los servidores. Parece que aún no se entiende ese punto.
Sí, a través de la supuesta democracia es que estas personas están sentadas en sus curules, lo propio es que por amor a la Patria y en agradecimiento a quienes realmente les dan de comer, tuvieran la sensatez, la decencia de trabajar en pro del crecimiento de los pueblos, no de su cuenta bancaria.
 
Cuando un elemento del mismo partido o de otro contrario, no es lo que se desea, se mueve toda una red de argucias para eliminar, boicotear, y descalificar a quien sea, en pro del beneficio de unos cuantos. No conforme con esto, la misma administración es manipulada de tal modo, que los bienes recibidos para gastos, son aplicados al libre albedrio de quienes les conviene.
 
Así se tiene lo que últimamente se ve tanto en los diarios: facturas por toallas, ropa interior, viajes innecesarios, comidas estratosféricamente caras, sin descontar los consabidos bienes muebles o inmuebles, objeto de escándalo.  
 
Hay modo de desviar los medios. Está el amigo del amigo, o el primo del amigo, quien se presta gentilmente, a cambio de un beneficio, a otorgar su paternidad a alguna empresa o negocio. Tristemente, estamos hablando en tono bajo, y se entendería como pequeños negocios. Pero hay otros, que han sido la desgracia de nuestro país, y la causa de la tremenda crisis que estamos pasando.
 
¿Cuantos políticos que de verdad tienen ganas de servir al país han sido descalificados, eliminados o incluso asesinados, para no obstaculizar el paso de esas aves de presa que nos están devorando?
 
Después de tantos años de aquel asesinato, pude ver “desde dentro” otra institución utilizada para beneficio de unos cuantos. La administración deja mucho que desear, sobre todo cuando el equipo es pequeño.
  
No importa el tamaño, el procedimiento es el mismo. Haciendo analogía con el sexo, lo considero una violación a la Patria, que después se ve prostituida y aniquilada de tanto abuso.  
 
Me duele la Patria, me duele el honor, me duelen los ideales de los caudillos muertos.
Me duele Mexico.