El Senado no debe ratificar el TPP si resulta lesivo para la economía nacional
03.02.2016 22:16
El Acuerdo de Asociación Económica Transpacífico (TPP) ya fue firmado por los ministros de comercio de las 12 economías participantes: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

Representantes del sector privado de nuestro país afirman que “México no se podía dar el lujo de no participar, ya que se trata de la negociación comercial internacional más relevante y ambiciosa de los últimos 20 años”. ¿Por qué? Porque el TPP "incluye países de Norteamérica, Sudamérica, Asia y Oceanía, que juntos alcanzan un tercio del Producto Interno Bruto mundial y 25% del comercio internacional global".
El TPP busca la integración de la zona de Asia-Pacífico con el continente americano. Según la Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana (Concamin), este tratado incluyee temas "nuevos" en materia de libre comercio, como los siguientes:
- Reglas de competencia para empresas del estado.
- Coherencia regulatoria.
- Propiedad intelectual.
- Comercio electrónico.
Para la Iniciativa Privada mexicana se trata de un acuerdo balanceado y acorde con el potencial económico de nuestro país, que amplará su potencial exportador. Pero...
La secrecía con que fue manejada la negociación por el secretario de Economía de nuestro país, Ildefonso Guajardo Villarreal, suscita sospechas:
¿De veras está garantizado el acceso de medicamentos biológicos a los mexicanos que padecen enfermedades como el cáncer, la diabetes o el VIH-Sida? ¿O los grandes laboratorios impedirán su fabricación genérica intercambiable?
¿Qué va a pasar con Pemex y la CFE? ¿Podrán competir -minadas como las han dejado los gobiernos neoliberales- contra las grandes empresas transnacionales?
¿El derecho mexicano quedará supeditado al derecho privado internacional?
¿Qué tanto se preservará la libertad de expresión ante el tamaño, cobertura y poderío de los grandes consorcios multinacionales?
Nada de esto ha explicado el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, a los mexicanos.
A partir de hoy, el Senado de nuestro país tendrá dos años para ratificar el TPP. Su deber es estudiarlo de manera acuciosa, revisando el sentido incluso de cada coma. ¿Lo hará? Quién sabe. Su entreguismo (como el de la Cámara de Diputados) concita la desconfianza. Lo malo es que en las manos de los senadores está la cada vez más acotada soberanía nacional.