Es una lástima que México no tenga ya un hombre de la talla de José Vasconcelos

15.08.2015 14:52

Dos de los principales partidos políticos de México están por renovar sus dirigencias nacionales: el PRI y el PAN.

En el primero, toda la maquinaria "jurásica" está en pleno movimiento para oficializar la designación por dedazo, hecha por el presidente Enrique Peña Nieto, en la persona de Manlio Fabio Beltrones.

En el segundo, toda la estructura interna arropa a un panista de corazón tricolor: Ricardo Anaya Cortés.

Y tanto Beltrones como Anaya hacen declaraciones mentirosas, que sólo evidencian el poco respeto que tienen por la inteligencia de los ciudadanos.

Manlio Fabio, por ejemplo, dice que los campesinos no pueden faltar en las grandes decisiones del PRI. Nada más hay qué agregar a expresiones como éstas...

Anaya Cortés, a unas horas del proceso interno, dice que todavía es tiempo de renovar al PAN (pero con los mismos de siempre).

Así, México navega a la deriva, con un Instituto Nacional Electoral que tuvo miedo de quitar el registro al Partido Verde Ecologista de México, a pesar de los tantos delitos electorales cometidos por los dirigentes del PVEM; con un PRD que zozobra, merced a sus cada vez más profundas fracturas internas; de un movimiento lopezobradorista (Morena) donde nadie sobresale, para no quitar ni siquiera un reflector al caudillo enfermo de poder... y de un PRI y un PAN con alma neoliberal que sólo saben empobrecer a la mayoría, para beneficio de la muy selecta pandilla dominante.

Hoy, como nunca antes en la historia reciente del país (de 1970 a la fecha), urge que la opinión pública piense de manera crítica (con rigor lógico) y mida cada uno de sus posibles apoyos a las fuerzas políticas existentes.

Qué lástima que ya no haya -como en 1929- un mexicano de la talla de José Vasconcelos para sacudir al sistema y tratar de ponerlo en su lugar.