Franja Sur. Después del fracaso olímpico

23.08.2016 12:22
Después del fracaso en las Olimpiadas de Río, todas las miradas apuntan hacia las personas de Alfredo Castillo, director general de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), y Carlos Padilla, dirigente del Comité Olímpico Mexicano (COM).   
 
Las dos principales autoridades del deporte en México son, para no pocos, los responsables de la decadencia en competiciones internacionales, pues desde la preparación de los atletas trascendieron las discrepancias entre ellos, cuya rivalidad contribuyó al mal papel en los juegos. 
 
Además, algunos atletas de la delegación mexicana hicieron público el escaso apoyo de las autoridades a pesar de los recursos que cada año asigna el gobierno mexicano al deporte.  
 
De acuerdo al Presupuesto de Egresos de la Federación, este año se destinaron al Programa de Cultura Física y Deporte 2 mil 62 millones 845,923 pesos. 
Esos recursos fueron operados para la justa olímpica de Brasil, lo mismo que para infraestructura deportiva, según el informe de la CONADE. Sin embargo, el sonado fracaso es una realidad. 
 
Los malos resultados del deporte en México son, sin duda, reflejo de la pésima administración del actual gobierno federal, porque todas sus acciones las hace al vapor, sin consultar o acudir con expertos o especialistas en cada rubro. El valemadrismo, pues.    
 
Enrique Peña Nieto fue el que tuvo la genial idea de darle chamba a su amigo Alfredo Castillo en la CONADE, luego del fracaso de su cuate en el tema de administrador de justicia. De policía, lo mandaron al deporte, han citado columnistas deportivos. 
 
Bien, el fracaso en las Olimpiadas no es un tema menor, por lo que el gobierno aprovechó ayer el caso de la periodista Carmen Aristegui para tirar una cortina de humo en las redes sociales, precisamente al día siguiente de concluidas las Olimpiadas.   
  
Pero, por fortuna, no todos están dormidos en este país. Diputados federales pidieron de inmediato modificar la ley para poner candados en la designación del director de la CONADE y, serán llamados al Congreso Alfredo Castillo y demás autoridades del deporte a fin de revisar el fracaso en los juegos Olímpicos. 
 
Vea usted, la legisladora federal del PAN María del Rosario Rodríguez se pronunció por “modificar la Ley General de Cultura Física a fin de que los aspirantes al cargo acrediten conocimientos y experiencia en materia de cultura física y deporte”. 
 
Además, “contar con título y cédula profesional, a nivel licenciatura, en cualquiera de esas áreas”. (Faltó agregar: y que no se fusilen tesis). 
 
De su lado, el diputado de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, propuso “reformas para modificar la integración de la Junta Directiva de la CONADE, sus atribuciones y la elección de su titular”. 
 
Por si fuera poco, el presidente de la Comisión de Juventud y Deporte del Senado, Carlos Puente, del partido Verde, afirmó que  "hace mucho que estamos mal y tenemos que abrir esa cajita de pandora", y de paso consideró que “saldrán a relucir actos perversos que son parte de la reacción contra la gran reforma de Enrique Peña en el sector”. 
 
Y es que México cayó al lugar número 61 del medallero Olímpico, con 5 preseas, ni una de oro, un bajísimo desempeño, por culpa de autoridades del deporte, envueltas en escándalos de corrupción y, cuya comparecencia en el Congreso de estos federativos, salpicará al régimen priísta.
 
El gran retroceso en el  deporte mexicano está ahí, vivito y coleando, y se alcanzó en el mandato de Peña Nieto. No se puede esperar otro resultado de un presidente que se fusila tesis. Esto  demuestra, como decimos en Tabasco, que el Peñismo “no trajo nada en la pelota”.