Franja Sur. Las reformas, talón del régimen priista

26.04.2016 16:12
 
 
Las famosas reformas estructurales podrían terminar hundiendo al régimen priista en el 2018, si no se apuran a enderezar un navío llamado México, a punto de zozobrar.  
 
El gobierno de Enrique Peña Nieto las lanzó como la panacea de este país, pero a la fecha no hay resultados concretos. Me refiero a que no se reflejan en el bolsillo de los mexicanos, como lo publicitó la administración federal.
 
Los opositores a las enmiendas, particularmente Andrés Manuel López Obrador, auguraban el fracaso de éstas, y vaticinó mayor desempleo y aumento en los impuestos para “tapar los hoyos” financieros que dejaría al país la privatización de Pemex.  
 
El 18 de agosto de 2013 en la Plaza de la Danza del Centro Histórico de Oaxaca, el político tabasqueño sostuvo: 
 
“Si no paramos esta pretensión de reformar los artículos 27 y 28 para privatizar el petróleo, en un año la situación del país va a estar peor que ahora, una situación muy grave: más recesión económica, más desempleo, y sobre todo, más inseguridad y más violencia”. 
 
También señaló que, de compartir las utilidades petroleras con la iniciativa privada habría falta de presupuesto público. “Sería dejar a México sin presupuesto”.      
 
Por su parte, el gobierno federal a fin de convencer de las bondades de las reformas, argumentaba en sus comerciales en la televisión que habría más empleo, un crecimiento económico sin precedentes y que se abaratarían los costos de la energía eléctrica y del combustible.   
 
A más de dos años de aquella advertencia de López Obrador, los mexicanos estamos palpando con profunda pena que, lamentablemente, sus presagios se están cumpliendo al pie de la letra. 
 
Mientras que las promesas del gobierno con sus reformas resultaron viles cuento de pescadores, y se están resintiendo los mayores fracasos en el tema energético, lo mismo que en el relacionado con la educación.  
 
Por ejemplo, los despidos, jubilaciones y liquidaciones de trabajadores de Pemex son una deplorable realidad en los estados de Campeche y Tabasco, y por otro lado las acciones en agravio de las conquistas laborales de los maestros es otra factura que le cobrarán al sistema priista en los comicios de 2018. 
 
El desempleo es el pan de cada día a lo largo y ancho del territorio mexicano. No hay resultados en la energía eléctrica, ni en el combustible.  
 
La violencia está imparable y, los estados agonizan por falta de circulante. Por si fuera poco, el gobierno anunció recortes al presupuesto en distintos rubros, así como a los gobiernos de los estados. 
 
El país, pues, no tiene finanzas sanas, está sin presupuesto. Tal y como lo predijo el líder opositor.  
 
En este espacio escribimos el años pasado que si no se veían resultados precisos sobre las cacareadas modificaciones que hizo este gobierno, caro pagaría el gobierno federal en manos del PRI, el no haber estudiado a profundidad los costos políticos, si las reformas estructurales no funcionaban.  
 
Por lo pronto, López Obrador sigue llevando agua a su molino. Apenas ayer domingo se le sumaron maestros del estado de Zacatecas a su proyecto de gobierno, y ya antes lo habían hecho mentores de las entidades de Oaxaca y Durango. 
 
De este modo, las reformas anunciadas con bombo y platillos por el gobierno de Peña Nieto, si fracasan, podrían catapultar a López Obrador a Los Pinos.