Franja Sur. Pancho y Gaudiano
18.05.2016 12:36
Sin rencores: ese es el sello del gobierno de Francisco Peralta Burelo, más allá de los miles de baches que corrigió, de limpiar la ciudad, de hacer funcionar las fuentes, del reloj floral que reubicó, de las luminarias en las comunidades y de la estatua al extinto gobernador Leandro Rovirosa Wade.
El primer concejal dio muestra, en cinco meses, de gobernar sin pelearse con nadie, sin odios, sin rencores y con la política del diálogo por delante. El trato franco con todos los sectores del municipio de Centro distinguió a esta efímera administración.
Eso le gusta a la gente. El buen trato y que no roben los funcionarios. Paso entonces a mencionar un caso de como la gente sabe apreciar lo bueno y le da su preferencia sin condiciones.
Auque tiene que ver con la iniciativa privada, el siguiente ejemplo ilustra que los ciudadanos premian lo mejor: Si usted pasa por la Ciudad Deportiva de Villahermosa observará que hay largas filas de vehículos en el velódromo, exactamente frente al parque infantil.
La fila es para esperar turno en la estación de gasolina que está ubicada en ese sitio. Sucede que la gente se enteró que en esa gasolinera despachan completo el combustible, esto es, no roban, y además hay buen trato. El pueblo no es tonto.
Por eso, seguro estamos que, si en este momento el PRD o la organización José María Pino Suárez o cualquier partido encuesta a Pancho Peralta, el político de viejo cuño saldría con buenos números a fin de competir en el 2018 por algún cargo de elección popular.
Pero no es obra de la casualidad. Lo anterior tiene que ver con la manera de conducirse al frente del ayuntamiento de la capital tabasqueña. Recordamos que en entrevista con el programa de radio Telerreportaje, expresó una frase que parece simple, pero que engloba toda una cultura que se ha perdido en Tabasco: “me jalo con todos”.
Es una frase que más adelante debería acuñarla, incluso como eslogan de campaña, si es que lo toman en cuenta en el próximo proceso electoral. Sería un activo cuadro con seguro resultado.
Pancho Peralta es sobreviviente de una especie política en peligro de extinción, llamémosle así. Me refiero a esa clase de gobernante que habla con todos, que no le cerró las puertas a nadie, ni se encerró en sus oficinas a piedra y lodo para que no lo molestaran los gobernados.
No. El demostró en los pocos meses en la comuna que es un político de carne y hueso. No flota. No es el funcionario engreído que se cree todo poderoso. Sabe que los cargos públicos no son para siempre y los verdaderos amigos son para toda la vida.
Ahí tienen, pues, a un personaje que demostró que nunca es tarde para servirle al prójimo, que los años –78 bien cumplidos-- no limitan la capacidad cuando hay actitud y voluntad para gobernar en concordia.
Pancho expresó en los hechos como se trabaja en un cargo público, cuando en cinco meses sembró una percepción de buen gobierno, que no logró Humberto de los Santos Bertruy en tres años.
Bien, lo mejor que podría pasarle a la localidad de Centro, cuya cabecera es Villahermosa, capital de Tabasco, es que el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa asuma la presidencia municipal el primer día de junio.
Para fortuna de los lugareños de Centro, el joven político que ganó las elecciones el 7 de junio pasado, y volvió a triunfar en el proceso extraordinario el pasado 13 de marzo, no le costará trabajo continuar el sello que dejó Pancho Peralta.
Gerardo Gaudiano también cuenta con el perfil del político de diálogo, de esos que no se creen iluminados: saluda a todo mundo, escucha a la gente y prioriza el diálogo sobre la confrontación. Además, no suda calenturas ajenas.
El inminente alcalde de la capital tiene los pies sobre la tierra y sabe que el buen trato a los ciudadanos, además de la obra pública, es parte de los buenos gobiernos. La verdad, la verdad, el ciudadano se congratula porque aún existe esa clase de gobernantes.