Gobernar debe significar servir a los demás
El desgaste físico, mental y emocional es consecuencia de las presiones. Y se da en todos los ámbitos: político, económico, social, educativo, deportivo, etcétera.
Por lo demás, ningún puesto garantiza la salud de quien lo ocupa; ni siquiera el de Presidente de la República.
El tema viene a colación porque se supo que el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, fue hospitalizado debido "a una deshidratación". Y porque el deterioro físico del presidente Enrique Peña Nieto es evidente. No hace mucho que al primer mendatario le extirparon la vesícula, en el Hospital Central Militar.
La más elemental ética señala que a ambos -y a todos los semejantes nuestros, enfermos- se les debe desear lo mejor.
Pero también la lógica más elemental indica que para reducir las presiones se deben propiciar verdaderos consensos (no como los del traicionero "Pacto por México").
Lo anterior significa que se debe gobernar con el objetivo de lograr, verdaderamente, el bien común.
Conclusión: gobernar siempre será durísimo; pero será menos complicado si se hace con base en la verdad, la justicia, la transparencia y la rendición de cuentas. Cuando el poder se ejerce para servir a los demás, facilita la toma de decisiones de Estado.
Al presidente Peña Nieto y al secretario de Educación Pública, les deseamos que pronto gocen de cabal salud.