La contaminación: la verdadera cara de nuestra 'democracia'

04.05.2016 08:35

El grave problema de la contaminación es un reflejo de la avanzada descomposición político-electoral de nuestro país.

La ineficiencia, la corrupción y la deslealtad de gobiernos y partidos se traduce en políticas públicas erróneas que provocan crisis com la que estamos viviendo.

Demos algunos ejemplos:

1. El Programa Hoy no circula, porque lo único que hizo fue incrementar el parque vehicular.

2. El Doble Hoy no circula, por la misma razón.

3. Los deficientes programas de transporte público, de los cuales dan muestra las corruptelas en la Línea 12 del Metro y el envejecimiento de una red que Díaz Ordaz heredó flamante y que el populismo de los gobiernos del PRD somete a un desgaste excesivo. (¿Recuerdan el accidente en la estación Oceanía?) 

A lo anterior, agréguese el descuido que sufren los trolebuses y la incapacidad que tiene el Metrobús para atender una demanda creciente.

También, toda la tenebra que rodea al otorgamiento de concesiones para taxis, camionetas, microbuses y autobuses de servicio de transporte público.

4. La necedad del gobierno federal de concentrar aquí a todas sus dependencias. ¿Qué tienen que hacer aquí, por ejemplo, la Secretaría de Marina, la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y la de Agricultura. Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación?

5. La imprudencia ("$") del gobierno de la Ciudad de México  de permitir la proliferación de nuevos conjuntos habitacionales, a pesar de que lo que se necesita es recuperar espacios verdes, ríos y humedales?

En la medida en que haya más gente en la capital del país, en esa misma proporción aumentará la demanda de transporte público y privado.

6. La mala calidad de las gasolinas.

7. La nula red de abastecimiento de gas natural para los vehículos que pueden circular utilizando ese combustible.

Nuestra dramática realidad no es casual. Tiene causantes directos (funcionarios, legisladores, magistrados y jueces) e indirectos: todos aquellos que toleran a cambio de una ayuda económica mensual mínima, ayuda mínima en especie, competencias beisboleras, carreras de fórmula 1 y pistas de hielo.

Y que conste que no estamos haciendo labor proselitista a favor del dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien cedió en su defensa del petróleo a cambio de recibir cada año cientos de millones de pesos, vía su partido político. A él no le tocan los "frijoles con gorgojo".

Por eso decimos: la contaminación ambiental es la verdadera cara de nuestra "democracia". Así de sucia está.