La impunidad de los manifestantes
Ante el caos provocado hoy por los manifestantes -y por tantos antecedemtes similares-, ya sólo nos queda exclamar: "¡Ya basta!" Sabemos que se trata de un reclamo inútil, porque detrás de cada marcha y de cada platón, hay mucho dinero y aún más interés político.
No está a nuestro alcance el poder dar nombres, porque los patrocinadores de todo esto se mueven en las sombras de la corrupción. Lógico es pensar, por lo tanto, que las manifestaciones les sirven para lucrar políticamente con ellas.
Así se explica, en consecuencia, la facilidad con que los contingentes de los "400 pueblos", de los antorchistas, de los de Ayotzinapa, etcétera, cuentan con todo lo necesario para provocar el caos en la capital de la República.
Por eso, la mayoría de los manifestantes tiene la certeza de la impunidad. Sus oscuros padrinos los protegen.
Cuando se descubra quiénes están detrás de las manifestaciones, entonces podremos aspirar a que se aclaren casos como el de Ayotzinapa. Antes, no.