La marihuana, México y el Gobierno Mundial

04.11.2015 19:10
El amparo otorgado por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a cuatro personas, a fin de que puedan sembrar, cultivar, transportar y consumir marihuana con “fines recreativos” es una prueba más de la decadencia de México. También, de que nuestra Patria está más cerca de ser sometida totalmente por el Gobierno Mundial.
 
Decimos decadencia de México y no decadencia de la SCJN, porque la sociedad recibe impávida la decisión. No reclama sus derechos. No protesta. No exige que la clase “gobernante” la respete.
 
De facto, el máximo tribunal del país, el mismo que dejó libre a la secuestradora francesa Florence Cassez, legalizó el consumo de la marihuana a esas cuatro personas. Luego, legalizará el uso del Cannabis para hacer valer el “derecho humano” de todo aquel que carezca del acceso a la hierba.
Después de la marihuana, seguirá la legalización de las demás drogas. 
 
Lo aprobado por 4 de cinco ministros (siendo que la población total es de más de 120 millones) acelera la sumisión de la nación mexicana al Gobierno Mundial impulsado por organizaciones como el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, la Comisión Trilateral y el Club de Bilderberg, entre otros.
 
Los cerebros y las manos que mueven esta conspiración mundial -de claro sentido anticristiano- han avanzado mucho en nuestro país. Demos algunos ejemplos:
 
1. La protección legal al aborto, vía la llamada “Interrupción legal del embarazo”.
2. La aprobación de la eutanasia, por medio de la “Ley de la voluntad anticipada”.
3. El atentado a la familia natural, mediante la aprobación de los “matrimonios” de personas homosexuales.
4. La utilización del mal llamado derecho a la “salud reproductiva”, para fomentar el libertinaje sexual.
5. La desacreditación constante de los valores fundamentales (vida, justicia, libertad) a través de todos los medios de comunicación.
 
Si hoy no los defendemos -con el poco margen que nos han dejado las nuevas leyes hechas, según el régimen, para combatir a la delincuencia organuzada- no tendremos derecho mañana a llorar su pérdida. 
 
Hoy cerramos con una pregunta abierta: ¿de verdad queremos formar parte de los pueblos esclavos?