México corre el riesgo de zozobrar en los mares de la historia
La fuga del "Chapo" Guzmán nos volvió a poner de cara a la realidad: la nuestra, es una nación que no está a la deriva, sino que es conducida hacia las aguas más embravecidas y hacia los vientos más potentes. México, pues, corre el riesgo de zozobrar en los mares de la historia.
Las recientes tripulaciones que se han hecho cargo de la nave no han sabido -o no han querido- poner la proa en la dirección correcta. gracias a que los pasajeros están cada vez más ensimismados en sus propias circunstancias.
Digámoslo de manera directa: existe un divorcio entre los gobernantes y los gobernados. No hay, entre ellos, entre nosotros, un proyecto que una y dé identidad. El nacionalismo mexicano pareciera ser una mera referencia.
A nivel político y sociológico, los valores más altos son los de Nación y de Patria.
La Nación es el espíritu que une a las generaciones actuales con las anteriores y las futuras.
La Patria es el patrimonio de cada pueblo: territorio, instituciones, religión, tradiciones, costumbres, principios, etcétera.
Sin Nación y sin Patria, los pueblos quedan a merced de quienes, hábiles y sagaces -como son los hijos de las tinieblas-, sacan provecho particular de las desventuras generales.
Vivimos, pues, tiempos propicios para la reflexión: si la corrupción ahoga a México, distanciémonos de ella, no dando sobornos al funcionario o al policía de tránsito. Si somos estudiantes, no copiemos. Si somos profesores, no premiemos la flojera y el desinterés.
Si cada uno de nosotros se propone mejorar en lo individual, pronto -más de lo que imaginamos- surgirán de entre nuestras filas los que sí quieran llevar la nave a puerto seguro. Los faros del nacionalismo y el amor a la Patria son más fuertes que las más negras tempestades.