México: entre dos ideologías de odio
Hay mucho qué decir acerca del momento crítico que vive nuestro país; pero todo se puede resumir en unas cuantas palabras: México es rehén de dos ideologías de odio.
Una, es el neoliberalismo, cuya base doctrinal es el puritanismo calvinista, según el cual, el éxito (aunque sea criminal) es signo de predestinación. Los exitosos, aunque sean corruptos, son los elegidos de Dios. Los pobres, por el contrario, están condenados al infierno.
En síntesis: el también llamado capitalismo salvaje es la doctrina económico-política que premia, en la tierra, a los hampones de todo tipo, sea que estén en lujosas oficinas gubernamentales, o en empresas explotadoras, o en la delincuencia organizada.
Este planteamiento deriva en la lucha de clases, porque el ser parte de los "elegidos" implica explotar y degradar al prójimo.
La otra, es el comunismo, en sus distintas modalidades: marxismo-leninismo, trotskismo, maoísmo... Su plataforma ideológica también se fundamenta en el sobajamiento del otro; en este caso, del que posee algo, en especial una fe. Marx y Engels lo que hicieron fue sistematizar la lucha de clases, presentándola de manera "científica".
El comunismo es la doctrina de la predestinación que dice premiar, en la tierra, a los descreídos y perseguidores de Dios.
Neoliberalismo y comunismo son las ideologías de odio que tienen a México en calidad de rehén, a punto de una revolución.
Mañana, Dios mediante, hablaremos del antídoto contra ellos.