México: paraíso de espías
La proximidad de las elecciones intermedias ha agudizado los casos de espionaje. El más reciente involucrado es el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello.
El funcionario tiene razón al quejarse de lo ilegal de la escucha, grabación y difusión de su plática, con otro funcionario del INE. No la tiene, sin embargo, en lo que hace a su vocabulario. ¿Con éste, pretende dar lecciones al jefe chichimeca que provocó su hilaridad? ¡Claro que no!
Pero más allá de esto, lo que llama la atención es que México se ha convertido en el paraíso de los espías. ¿Qué más seguirá? No lo sabemos. Lo que sí está a la vista es que la Justicia no puede hacer, con los recursos de Inteligencia que le permite la ley -que son muchos y peligrosos para la salvaguarda de la vida privada de los ciudadanos-, o sea, resolver los grandes casos que han precipitado a nuestro país al grado de corrupción y de inpunidad en que se encuentra.
¿Colosio?, ¿Ruis Massieu?, ¿los Salinas de Gortari?, ¿Pemexgate?, ¿Oceanografía?, etcétera, son ejemplos claros de lo anterior.
¿Quién está detrás del espionaje? Sin duda, políticos. ¿Para qué lo utilizan? Para mantenerse en el poder. Así tratan de deshacerse de quienes les estorban; no porque ellos sean mejores que los espiados, sino porque no les quieren dejar ni siquiera las migajas del pastel.