Museo universal, sobre sonidos mexicanos

10.02.2015 21:22

Espectrograma (1) de sonidos de un modelo de arcilla de un pajarito maya.

 

Se presenta el primer Museo universal, sobre sonidos mexicanos sin texto ni voz, para que cualquier niño, joven o adulto del mundo pueda ver y escuchar fácilmente su contenido básico, si se tiene acceso a Internet y se sabe manejar el ratón (mause), que es lo requerido para su aprovechamiento. 

Algunos grandes museos se han considerado universales, porque tienen colecciones de varias regiones del mundo, pero la mayoría de ellos son objetos robados o saqueados de otros territorios y ni siquiera todos sus habitantes pueden visitarlos físicamente, para conocerlos.

Existen museos virtuales, pero no son universales, porque utilizan el lenguaje del país de sus dueños o promotores. La red mundial se desperdicia mucho, porque lo que muestra no es universal, ya que no es para todos, debido a que sus páginas se escriben en el idioma de sus autores. Muchos sistemas mundiales no son abiertos, como los de las redes sociales y los blogs, y también utilizan el idioma de sus miembros.

Lo mejor conocido son las visitas o paseos virtuales de algunos grandes museos, pero los mejores son en silencio o con texto para guiar al visitante. Sus presentaciones son visuales, como se hace en los museos reales. Cuando incluyen algo de información de los objetos exhibidos es con texto. En algunos que hablan dos idiomas, como en Canadá los textos incluidos son en inglés y francés.

Es imposible escribir una página de la web en todos los idiomas existentes y los traductores automáticos aun no lo hacen bien, ni funcionan para todos los que aún sobreviven, como los cientos de variantes de lenguas de origen mexicano. Hasta los buscadores automáticos de la web utilizan palabras de un sólo idioma, para localizarlas en el contenidos de los cientos de miles de millones de páginas guardadas. Ya existen sistemas para buscar imágenes y voz, pero no son muy efectivos y no han incorporado otros sonidos.

Todos los sistemas de comunicación y radiodifusión no son universales, porque operan con el idioma del país del concesionario o permisionario o el del material de sus programas que usan del extranjero. Los que no requieren de permisos o concesiones, como los que aprovechan la red mundial de Internet, también operan con un idioma. Muy pocos se transmiten en otros idiomas, pero no para todos los existentes y no existe uno universal.

Se han planteado proyectos educativos ambiciosos que proponen que con una computadora o una tablet conectada a Internet todos pueden tener acceso al conocimiento universal, pero no reconocen, ni mencionan la barrera existente de los idiomas y no se conocen propuestas viables para superarla.

Para contrarrestar o superar la incomunicación de los idiomas de la llamada "Torre de Babel", que dicen fue impuesta para que "no pudieran llegar al cielo", hay que regresar a los usos y costumbres del pasado remoto, como cuando no existían idiomas escritos o hablados, para utilizar imágenes y sonidos universales, en la forma más sencilla posible, pero aprovechando herramientas y técnicas actuales disponibles.

El museo es muy sencillo técnicamente, pero no se conoce otro similar, con ese tipo de modelos experimentales de buena calidad. Algunos de los resonadores mexicanos incluidos no son muy conocidos, ni sus sonidos especiales y sus espectrogramas, que son necesarios para conocer sus frecuencias, cuando los sonidos son complejos y no pueden describirse bien con palabras o con partituras musicales.

Ahora, la única manera conocida de dar a conocer sonidos abiertamente en todo el ámbito mundial es en forma electrónica. Lo mejor sería poder escuchar los sonidos directos de los resonadores de viento, pero para que ello fuera posible se requiriría poder representarlos, transmitirlos y reproducirlos a distancia con una buena impresora de 3D.

Una alternativa es que aprendan a construirlos manualmente. En la  Escuela Taller  Virtual del autor, se muestran procedimientos constructivos de algunos modelos de los resonadores con fotos y algunos videos, pero eso no es sencillo dominarlos bien y se requiere practicarlos mucho. 

El sistema se diseñó en el lenguaje html simple, para que pueda operar en las principales plataformas y los visualizadores existentes del protocolo http y para que cualquier programador pueda analizar o repetir el ejercicio, si lo desea, sin requerir de otros lenguajes o programas más complejos o caros, aunque se necesita un programa especial para dibujar los espectrogramas de los sonidos.

Existen lenguajes y programas para manejar bases de datos y archivos hasta indexados de multimedios, pero aun no se establece uno estándar en la red, porque lo impiden los fines comerciales de las empresas que los generan, que quieren promover e imponer monopolios con sus sistemas propietarios.

Los sonidos grabados se comprimieron en el formato mp3 porque es de los más usados para utilizar menos espacio de almacenamiento, pero no todas las plataformas existentes pueden reproducir sus pistas de audio.

Lo que no es sencillo es poder imitar bien los resonadores antiguos y saber cómo operarlos para generar algunos de sus sonidos complejos. Para poder mostrarlo, pueden usarse videos, como algunos que ya pueden verse abiertamente, como las ranitas mayas y los silbatos labiales mexicanos, pero ellos se describen y comentan con voz, con su traducción en texto, que no es universal.

El cine mudo podía ser universal, pero no lo era cuando requerían texto para explicar algo de lo proyectado. Es posible hacer videos con sonidos universales, pero se tiene que eliminar de ellos la voz y el texto, como se hace en la mímica o con los íconos, los glifos y los geroglifos elementales, como los de los códices y grabados antiguos, aunque muchos tampoco son universales, porque algunos son de culturas regionales o de zonas particulares, como los de muchos animales y otros pueden ser texto dibujado.

Los pocos símbolos más universales conocidos, se asocian con seres o fenómenos naturales, como sucede con muchos de los de artefactos sonoros mexicanos y sus sonidos antiguos. Por ello, sus representaciones, sin texto ni voz, pueden utilizarse en un museo universal, para que la mayoría pueda reconocerlos, aunque algunos muy especiales parecen de otro mundo.

Un pájaro y sus sonidos son reconocidos por cualquiera que los haya visto y escuchado, pero sus miles de especies no viven en todo el mundo.   

Se conocen museos virtuales sobre instrumentos musicales, pero también se describen o comentan con texto, la mayoría de ellos son occidentales con fotos, pocos incluyen los sonidos y ninguno conocido muestra las características de sus frecuencias sonoras.

El ejemplo incluye una muestra de pocos artefactos y sonidos (30) para que no se aburran los chicos y puedan mostrarse todos en una pantalla de la computadora o tablet, pero existen miles de ellos similares que podrían incluirse en varias salas del museo universal, aunque eso requiere de recursos adicionales. No tiene caso invertir otros recursos personales, que son limitados, si no surge interés institucional en ello. Este caso muestra que aún sin apoyos presupuestales institucionales, es posible desarrollar proyectos originales importantes, si se sabe hacerlo.

Desde 2001, se han planteado peticiones ciudadanas a los más altos niveles administrativos de nuestros poderes constitucionales, para investigar, fomentar y difundirl las extraordinarias tecnologías mexicanas, como lo sonoro, pero no han sido atendidas y siguen vigentes. Existen grandes instituciones que fueron creadas para ello, pero aún no atienden bien su objeto legal en esa materia.

El autor ha publicado abiertamente escritos detallados sobre los resultados de más de 100 estudios de aerófonos mexicanos, que incluyen algunos de los resonadores antiguos del museo, pero su texto es en español y muy pocos en inglés, porque no es sencillo traducir todos, aunque el material de los antiguos analizados pueden incluirse en una sala especial.

Hace tiempo, el contenido del museo sobre sonidos mexicanos fue solicitado por Carlos Vizcaino, para incluirse en su Revista Electrónica y subirse a un servidor de la Unidad Politécnica de Educación Virtual del Instituto Politécnico Nacional de México, pero fueron dados de baja por un cambio administrativo. 

Mexicolore va a probar el museo en sus trabajos educativos con chicos de las miles de escuelas de Inglaterra y ya puso la liga al Ancient Mexican sounds Archive en su sitio web. Desde hace cinco siglos, no existe un programa educativo local similar, para difundir lo mexicano en nuestras escuelas elementales y en las profesionales o superiores, sobre los sonoro.

Danzas mexicanas ya incluye en su sitio web de Nueva York el Museo universal, sobre sonidos mexicanos.

La liga del museo fue enviada a Jean_loup Ringot, para que lo use con sus chicos en sus charlas sobre tecnologías de la prehistoria en Alemania y en otros países de Europa. Dice que algunos de esos sonidos mexicanos son impresionantes para los chicos. Se ha podido constatar que lo mismo sucede en México, ya que los niños son los más abiertos e interesados en esos sonidos, sobre todo, los de las comunidades rurales que están menos contaminados y deformados culturalmente por los medios llamados de comunicación, que han preferido difundir lo que vino y viene de fuera, incluyendo mucha basura sonora comercial. 

También fue enviada a la compositora mexicana Cristina Garcia Islas, para que lo utilice en sus actividades educativas y de difusión en Canadá. 

La única escuela de música en que han mostrado interés en estos sonidos mexicanos es la del CIEM (Centro de Investigación y Estudios de la Música) de la Ciudad de México.

El museo se dio a conocer en los principales foros académicos relacionados. Fue bien recibido por miembros del Grupo ISGMA (International Study Group of Music Archaeology). 

Los museos nacionales no proporcionan algo similar sobre los miles de artefactos sonoros antiguos que resguardan en sus bodegas. Los pocos incluidos en vitrinas se muestran como figurillas, pero sin dar a conocer sus sonidos, como si fueran mudos.

En la arqueología y la antropología, las nuevas tecnologías de la información y de las redes se han empezado  a aprovechar en lo visual y lo escultórico o tridimensional, pero aún no incluyen lo sonoro mexicano, que es milenario y extraordinario, como si nuestros antepasados también fueran sordos.

Desde el siglo pasado, varios autores, incluidos algunos venidos del extranjero, han tenido acceso a muchos artefactos sonoros de los museos nacionales, pero en la mayoría no se han publicado, ni siquiera todas las fotos de ellos, mucho menos sus sonidos y sus análisis. Por ejemplo, en 2010, un proyecto del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM recibió un apoyo millonario del CONACYT, con permiso del INAH, para estudiar y difundir cientos de instrumentos musicales mayas de museos, pero aún no se conocen sus resultados detallados, en publicaciones. 

En las fonotecas nacionales y sus investigadores especializados han estado más interesados en la música importada, la sincretizada reciente y la que aún se usa, pero como tienen cientos de miles de grabaciones, registradas desde el siglo pasado, se presentan grandes dificultades para digitalizar las pistas folclóricas analógicas y hasta las de programas de radio comerciales. Muy pocas de ellas se muestran abiertamente, para poder ser analizadas.

Algunas de las pocas grabaciones de sonidos de resonadores de viento antiguos que se han localizado en museos del extranjero, se venden y no están abiertas. Tampoco permiten utilizarlas públicamente, a pesar de que los objetos sonoros que los generaron provienen de saqueos.

Por todo ello, los modelos experimentales y los sonidos mexicanos del museo universal son extraordinarios y es imposible o muy difícil que se localicen y muestren en otro sitio, aunque algunos flojos deshonestos con poca imaginación, creatividad y trabajo propio, han reproducido algunos de esos materiales abiertos del suscrito, sin proporcionar la fuente original de donde los tomaron. Se espera que el museo universal pueda utilizarse para propósitos educativos no comerciales, pero se requiere mencionar la fuente y que no se altere su material original.

Muchos han dicho que lo sonoro mexicano no tiene demanda, pero no puede requerirse lo que no se conoce. Es interesante informar que en febrero de 2015, este escrito y otros tres de la plataforma de Secretos sonoros mexicanos de PL (Homenaje a Mexicolore, Silbato de la muerte cremado, en Guerrero y Secretos sonoros mexicanos), son los que han tenido más accesos, a pesar de que no aparecen en su página principal, que incluye notas sobre otros temas importantes. Eso indica que han sido bien recibidos y muestra que existe una demanda potencial para que otros medios de noticias y los organismos relacionados con el tema, puedan empezar a incluir lo sonoro mexicano en sus programas de difusión. El museo universal, sobre sonidos mexicanos, es un primer ejemplo sencillo de su tipo para hacerlo en toda la red de Internet.

El archivo del museo universal se dio a conocer en PL, por ser el único sitio de noticas conocido que se ha interesado en las extraordinarias tecnologías mexicanas y que permitió incluir una plataforma sobre Secretos sonoros mexicanos.

 

Roberto Velázquez Cabrera

Tlapitzalli

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1. Los espectrogramas incluidos son graficas en el espacio de las frecuencias (mostrada en su parte baja), que se obtienen a partir de sonidos grabados digitalmente (su intensidad se muestra en su parte superior) utilizando las Transformadas Rápidas de Fourier, en este caso, con el programa Gram de Richard Horne. Es la mejor forma conocida de graficar los componentes de frecuencia (Hz) de una señal sonora en el tiempo (sec), incluyendo sus variaciones de intensidad con colores (dB). Las mas fuertes son en color rojo, luego las anaranjadas, amarillas y azules. El negro indica que no hay señal.