Ritmo huichol (wirikuta)

07.06.2016 10:18

Espectrograma de segmento de la pista HUICHOL-SCUASH DANCE

 

Por Roberto Velázquez Cabrera

Esta nota es para anunciar un análisis espectral  de segmentos de pistas sonoras que fueron encontradas en las primeras grabaciones sonoras conocidas de los huicholes. Se incluyen algunos segmentos de pistas de audio tempranas analizadas de otros pueblos de las costas del Océano Pacífico de nuestro continente, para mostrar correlaciones encontradas y algunos efectos especiales que pueden producir sus sonidos rítmicos de origen antiguo.

El informe largo del estudio espectral en pdf puede consultarse abiertamente en el sitio web del suscrito Ritmo huichol (wirikuta) [1]. En este escrito se mencionan las conclusiones generales.

En los estudios de la siguiente lista, realizados desde 2012, se encontró que los ritmos analizados se generan con un tempo en el rango infrasónico, entre 1 y 4 pps o 60 y 240 ppm. Muchos de ellos son múltiplos del latido normal del corazón humano masculino: 
 
Sonidos de la fiesta de los Chinos de Chile 
Análisis espectral de sonidos de la danza azteca-chichimeca
Ritmo kiliwa 
Ritmos yumanos 
Ritmo de un canto selknam
Ritmos del Drum dance 
War dance song
Ritmos sonoros monofónicos, sincrónicos o de tempo constante
Primeros ritmos culturales
Ritmos sonoros paleolíticos
 
Sólo en las piezas de danzas que incluyen sonidos del raspador o frotador, de algunas comunidades del noroeste (como el Tempo del ritmo yaqui, el Ritmo de la Ranza del Venado de los Yaqui-Pascola y la sipirika de los raramuris) el ritmo es de 8 pps o 240 ppm, pero no se danza a esa velocidad, ya que no puede seguirse con los pies y las piernas del danzante, a más de la mitad de esa velocidad o como máximo a 240 ppm, con un ritmo múltiplo del latido del corazón.
 
La única pista sonora temprana que incluye un instrumento sólo, ya fue analizada en el estudio sobre los Sonidos de una flautita huichol.
También se encontró que todos los ritmos naturales de los humanos, cuando realizaban o realizan, actividades y trabajos repetitivos, se generan dentro del mismo rango de tempo Delta (hasta 4 pps) de las danzas analizadas, como: caminar, trotar, marchar, correr, nadar, martillar, aserrar, machetear, hachear, moler, cepillar, raspar, lijar, pulir, tortear, molcajetear, desgranar, etc. Ese rango del tempo del ritmo está determinado y condicionado por las dimensiones y capacidades de sus miembros usados, como las piernas, los brazos y las manos humanas. 
 
Algo adicional muy interesante comentado en estudios realizados es que esos ritmos naturales y los sonoros tempranos analizados generan frecuencias eléctricas infrasónicas en el cerebro, en el mismo rango más bajo Delta. Lo más relevante derivado es que esos sonidos generan efectos especiales en los que los escuchan por tiempos prolongados.
 
En experimentos controlados se ha encontrado que a sus oyentes les altera la percepción del tiempo. Generalmente, creen que los sonidos se produjeron durante un menor tiempo al real. 
 
Se cree que los efectos especiales generados son cruzados. Por una parte, la frecuencia infrasónica del sonido en el rango Delta induce en el cerebro un estado de sueño profundo y de mínimo gasto de energía y, por otra, al poder reforzar el ritmo del corazón con el ritmo sonoro de un múltiplo dentro del rango normal de su latido, aumenta la circulación de la sangre en todo el cuerpo, lo que alimenta y oxigena mejor todas sus células. 
 
Es probable que ese efecto cruzado especial sea lo que origina que los danzantes no se cansen pronto y entren en un estado alterado en poco tiempo. Ese efecto especial puede ser el motivo del uso de los ritmos sonoros isocrónicos, ceremoniales, curativos y chamánicos, de pueblos que mantuvieron sus tradiciones sonoras milenarias. Esos efectos especiales pueden incrementarse, si se utilizan vegetales que inducen estados alterados, como el peyote.
 
También fue interesante encontrar que los ritmos sonoros similares son generados en comunidades cercanas a las costas del Océano Pacífico, aunque sus pueblos hayan vivido muy alejados en el tiempo y en distancia, desde el extremo sur del continente hasta el otro extremo norte y hacia el oeste llegando hasta Siberia. Esos ritmos sonoros son lo único cultural y genéticamente que los une. Todo lo demás cultural y social los divide, separa o diferencia, como los sistemas políticos, legales, religiosos, vestimentas, idiomas y las fronteras. 
 
Esa relación rítmica es importante, ya que no se conocen otras manifestaciones, representaciones u objetos arqueológicos o antropológicos compartidos que muestren una relación o comunicación semejante entre los pueblos de esa gran región. Sin embargo, ya se publicó una relación similar basada en el estudio de los genomas de pueblos cercanos a esas mismas costas. 
 
Algunos ritmos sonoros que llegaron a las costas del Océano Atlántico de nuestro continente, como los provenientes de África, son más complejos, variables y hasta múltiples. Falta conocer estudios de sus ritmos y genomas, para conocer mejor sus patrones de distribución geográfica.
 
Los gustos melódicos son preferidos por pueblos de climas fríos, como los de montañas y valles altos de nuestro país. Las melodías pueden seguirse con el cerebro y hasta bailarse. Para danzar, ayudan mejor los sonidos fuertes con un ritmo de tempo constante, como los que pueden producirse usando instrumentos de percusión, sacudimiento y frotamiento, aunque pueden generarse hasta con los de cuerdas y de aliento, cuando se tocan en climas cálidos.
 
Efectos mentales especiales similares pueden generarse con batimentos infrasónicos, pero eso es materia de otros estudios, como algunos ya realizados y publicados.
 
El análisis espectral de ritmos sonoros de pueblos de origen antiguo muestra que es posible caracterizarlos numéricamente, para encontrar correlaciones sonoras importantes entre ellos, con mayor claridad, efectividad y claridad que lo que han escrito otros autores.
 
Los lenguajes naturales son muy importantes, para la comunicación entre seres humanos, aunque es imposible conocer y dominar todos los existentes. No son muy adecuados para analizar, describir y caracterizar los sonidos complejos. Para caracterizar el tempo de un ritmo sonoro, puede usarse hasta un metrónomo musical o un reloj, como hacen los médicos para medir el ritmo del pulso del corazón, pero con ellos no pueden describirse ni comunicarse bien las frecuencias sonoras generadas, como puede hacerse fácilmente con un espectrograma.
 
Es muy difícil hacer correlaciones precisas de manifestaciones culturales, utilizando los lenguajes naturales. Ya se mostró que en el caso de los ritmos es muy sencillo hacer correlaciones cuantificadas con un número, como el de su tempo.
 
Ya se mostró que aunque las grabaciones tempranas se registraron con los primeros equipos rudimentarios y con mucho ruido de fondo incluido, las frecuencias sonoras de los instrumentos rítmicos pueden observarse con la claridad suficiente en las bandas verticales oscuras de los espectrogramas, para poder caracterizar numéricamente su tempo, sin incluir factores subjetivos, por ser obtenidos con un procesamiento matemático usando las Transformadas Rápidas de Fourier.
 
El empirismo se acerca a lo científico, cuando lo estudiado se caracteriza con alguna metrología, que no incluya factores subjetivos, como el análisis espectral, en este caso. Para el análisis sonoro también puede ayudar la metrología acústica, como las mediciones de presión sonora (en dB) y las estimaciones matemáticas de la potencia acústica radiada (en Watts), pero no pueden aplicarse, si no se dispone de los artefactos sonoros originales o sus réplicas aproximadas. En las grabaciones tempranas, ni siquiera se conocen bien y no se dispone de los artefactos sonoros usados con anterioridad a los introducidos de culturas ajenas.
 
El tempo de los ritmos de la antigüedad remota, no se grabó y la mayoría de los investigadores dicen que no pueden conocerlo, porque no disponen de partituras musicales. Sin embargo es posible probar la factibilidad del rango del tempo posible de los artefactos sonoros antiguos recuperados y los representados en la iconografía, ya que pueden ser las mejores grabadoras que existen, si se sabe cómo ejecutarlas y probarlas experimentalmente, hasta con modelos.
 
Por ejemplo, con un modelo experimental de sonaja, similar a las mostradas en el mural del Cuarto 1 de Bonampak, pudo probarse que el tempo máximo posible de los sonidos fuertes, su sacudimiento es de 4 pps o 240 ppm, ya que si se incrementa más, el ritmo isocrónico no es claro, porque ya no es posible generar los sonidos realizados por el golpeteo hacia arriba y abajo del conjunto de las semillas o piedritas del interior. A mayor velocidad del sacudimiento, los choques parecen caóticos y no puede distinguirse un ritmo de los sonidos percutidos por todas las partículas internas, ya que se mueven y se golpean entre ellas en todas direcciones.
 
Algo similar sucede con los membranófonos grandes, como el huehuetl o el tepu, que no pueden percutirse con un ritmo muy rápido y tienen que seguir los pasos del líder danzante. Ya se comentó que sus pasos rítmicos fuertes de una danza no pueden ser mayores que 4 pps o 240 ppm, con un ritmo múltiplo del latido del corazón humano masculino.
 
Eso indica que es muy improbable que en el pasado se generaran ritmos de danzas con un tempo superior al encontrado en las grabaciones tempranas y por los experimentos realizados.
 
Hasta las rocas y palos grandes que eran usados por pueblos muy antiguos, para golpear el suelo y otras rocas o troncos, con objeto de generar sonidos rítmicos de acompañamiento en sus danzas, no podían ni pueden operarse con un tempo mayor al Delta. Tocando artefactos pequeños, es posible operarlos más rápidos, como un tamborcito que puede generar ritmos con un tempo hasta dentro del rango Alfa (7 pps -12 pps), pero no son para danzar, aunque pueden usarse en otras aplicaciones, como los de sanación y meditación.
 
Los resultados del análisis realizado pueden mostrarse en los foros que se interesen en él. Podría presentarse en uno que organizan en la XXI Jornada Académica del Seminario Permanente de Iconografía "La Danza" , si aceptan uno que ya fue propuesto sobre “Análisis espectral de ritmos de danzas”, que puede incluir el del caso huichol.
 
Ya se presentó una charla espectral similar sobre “Fauna sonora. Anuros mayas” en las X Jornada Académica del mismo Foro sobre “Iconografía de la fauna”, de 2005. Los cantos repetitivos de los anuros y sus modelos experimentales, como los de ranas cantadoras de arcilla, también pueden tener un tempo constante menor a 4 pps.
En los estudios originales realizados se  encontró que los ritmos analizados se generan con un tempo en el rango más bajo, entre 1 y 4 pps o 60 y 240 ppm. Muchos de ellos son múltiplos del latido normal del corazón humano masculino: 
 
Sólo en las piezas de danzas que incluyen sonidos del raspador o frotador, de algunas comunidades del noroeste (como el Tempo del ritmo yaqui, el Ritmo de la Ranza del Venado de los Yaqui-Pascola y la sipirika de los raramuris) el ritmo es de 8 pps o 240 ppm, pero no se danza a esa velocidad, ya que no puede seguirse con los pies y las piernas del danzante, a más de la mitad de esa velocidad o como máximo a 240 ppm, con un ritmo múltiplo del latido del corazón.
 
La única pista sonora temprana que incluye un instrumento sólo, ya fue analizada en el estudio sobre los Sonidos de una flautita huichol.
 
También se encontró que todos los ritmos naturales de los humanos, cuando realizaban o realizan, actividades y trabajos repetitivos, se generan dentro del mismo rango de tempo Delta (hasta 4 pps) de las danzas analizadas, como: caminar, trotar, marchar, correr, nadar, martillar, aserrar, machetear, hachear, moler, cepillar, raspar, lijar, pulir, tortear, molcajetear, desgranar, etc. Ese rango del tempo del ritmo está determinado y condicionado por las dimensiones y capacidades de sus miembros usados, como las piernas, los brazos y las manos humanas. 
 
Algo adicional muy interesante comentado en estudios realizados es que esos ritmos naturales y los sonoros tempranos analizados pueden generar frecuencias eléctricas infrasónicas en el cerebro, en el mismo rango más bajo Delta. Lo más relevante derivado es que esos sonidos pueden generar efectos especiales en los que los escuchan por tiempos prolongados.
 
En experimentos controlados se ha encontrado que a sus oyentes les altera la percepción del tiempo. Generalmente, creen que los sonidos se produjeron durante un menor tiempo al real. 
 
Se cree que los efectos especiales generados son cruzados. Por una parte, la frecuencia infrasónica del sonido en el rango Delta induce en el cerebro un estado de sueño profundo y de mínimo gasto de energía y, por otra, al poder reforzar el ritmo del corazón con el ritmo sonoro de un múltiplo dentro del rango normal de su latido, aumenta la circulación de la sangre en todo el cuerpo, lo que alimenta y oxigena mejor todas sus células. 
 
Es probable que ese efecto cruzado especial sea lo que origina que los danzantes no se cansen pronto y entren en un estado alterado en poco tiempo. Ese efecto especial puede ser el motivo del uso de los ritmos sonoros isocrónicos, ceremoniales, curativos y chamánicos, de pueblos que mantuvieron sus tradiciones sonoras milenarias. Esos efectos especiales pueden incrementarse, si se utilizan vegetales que inducen estados alterados, como el peyote.
 
También fue interesante encontrar que los ritmos sonoros similares son generados en comunidades cercanas a las costas del Océano Pacífico, aunque sus pueblos hayan vivido muy alejados en el tiempo y en distancia, desde el extremo sur del continente hasta el otro extremo norte y hacia el oeste llegando hasta Siberia. Esos ritmos sonoros son lo único cultural y genéticamente que los une. Todo lo demás cultural y social los divide, separa o diferencia, como los sistemas políticos, economicos legales, religiosos y hasta los idiomas y las fronteras impuestas. 
 
Esa relación rítmica es importante, ya que no se conocen otras manifestaciones, representaciones u objetos arqueológicos o antropológicos compartidos que muestren una relación o comunicación semejante entre los pueblos de origen antiguo de esa gran región. Sin embargo, ya se publicó una relación similar basada en el estudio de los genomas de pueblos cercanos a esas mismas costas. 
 
Algunos ritmos sonoros que llegaron a las costas del Océano Atlántico de nuestro continente, como los provenientes de África, son más complejos, variables y hasta múltiples. Falta conocer estudios de sus ritmos y genomas, para conocer mejor sus patrones de distribución geográfica.
 
Los gustos melódicos son preferidos por pueblos de climas fríos, como los de montañas y valles altos de nuestro país. Las melodías pueden seguirse con el cerebro y hasta bailarse. Para danzar, ayudan mejor los sonidos fuertes con un ritmo de tempo constante, como los que pueden producirse usando instrumentos de percusión, sacudimiento y frotamiento, aunque pueden generarse hasta con los de cuerdas y de aliento, cuando se tocan en climas cálidos.
 
Efectos mentales especiales similares pueden generarse con batimentos infrasónicos, pero eso es materia de otros estudios, como algunos ya realizados y publicados.
 
El análisis espectral de ritmos sonoros de pueblos de origen antiguo muestra que es posible caracterizarlos numéricamente, para encontrar correlaciones sonoras importantes entre ellos, con mayor claridad, efectividad y claridad que lo que han escrito otros autores.
 
Los lenguajes naturales son muy importantes, para la comunicación entre seres humanos, aunque es imposible conocer y dominar todos los existentes. No son muy adecuados para analizar, describir y caracterizar los sonidos complejos. Para caracterizar el tempo de un ritmo sonoro, puede usarse un metrónomo musical o hasta un reloj, como hacen los médicos para medir el ritmo del pulso del corazón, pero con ellos no pueden describirse ni comunicarse bien las frecuencias sonoras generadas, como puede hacerse fácilmente con un espectrograma.
 
Es muy difícil hacer correlaciones precisas de manifestaciones culturales, utilizando los lenguajes naturales. Ya se mostró que en el caso de los ritmos es muy sencillo hacer correlaciones cuantificadas con un número, como el de su tempo.
 
Ya se mostró que aunque las grabaciones tempranas se registraron con los primeros equipos rudimentarios y con mucho ruido de fondo incluido, las frecuencias sonoras de los instrumentos rítmicos pueden observarse con la claridad suficiente en las bandas verticales oscuras de los espectrogramas, para poder caracterizar numéricamente su tempo, sin incluir factores subjetivos, por ser obtenidos con un procesamiento matemático usando las Transformadas Rápidas de Fourier.
 
El empirismo se acerca a lo científico, cuando lo estudiado se caracteriza con alguna metrología, que no incluya factores subjetivos, como el análisis espectral, en este caso. Para el análisis sonoro también puede ayudar la metrología acústica, como las mediciones de presión sonora (en dB) y las estimaciones matemáticas de la potencia acústica radiada (en Watts), pero no pueden aplicarse, si no se dispone de los artefactos sonoros originales o sus réplicas aproximadas. En las grabaciones tempranas, ni siquiera se conocen bien y no se dispone de los artefactos sonoros usados con anterioridad a los introducidos de culturas ajenas.
 
El tempo de los ritmos de la antigüedad remota, no se grabó y la mayoría de los investigadores dicen que no pueden conocerlo, porque no disponen de partituras musicales. Sin embargo es posible probar la factibilidad del rango del tempo posible de los artefactos sonoros antiguos recuperados y los representados en la iconografía, ya que pueden ser las mejores grabadoras que existen, si se sabe cómo ejecutarlas y probarlas experimentalmente, hasta con modelos.
 
Por ejemplo, con un modelo experimental de sonaja, similar a las mostradas en el mural del Cuarto 1 de Bonampak, pudo probarse que el tempo máximo posible de los sonidos fuertes, su sacudimiento es de 4 pps o 240 ppm, ya que si se incrementa más, el ritmo isocrónico no es claro, porque ya no es posible generar los sonidos realizados por el golpeteo hacia arriba y abajo del conjunto de las semillas o piedritas del interior. A mayor velocidad del sacudimiento, los choques parecen caóticos y no puede distinguirse un ritmo de los sonidos percutidos por todas las partículas internas, ya que se mueven y se golpean entre ellas en todas direcciones.
 
Algo similar sucede con los membranófonos grandes, como el huehuetl o el tepu, que no pueden percutirse con un ritmo muy rápido y tienen que seguir los pasos del líder danzante. Ya se comentó que sus pasos rítmicos fuertes de una danza no pueden ser mayores que 4 pps o 240 ppm, con un ritmo múltiplo del latido del corazón humano masculino.
 
Eso indica que es muy improbable que en el pasado se generaran ritmos de danzas con un tempo superior al encontrado en las grabaciones tempranas y por los experimentos realizados.
 
Hasta las rocas y palos grandes que eran usados por pueblos muy antiguos, para golpear el suelo y otras rocas o troncos, con objeto de generar sonidos rítmicos de acompañamiento en sus danzas, no podían ni pueden operarse con un tempo mayor al Delta. Tocando artefactos pequeños, es posible operarlos más rápidos, como un tamborcito que puede generar ritmos con un tempo hasta dentro del rango Alfa (7 pps -12 pps), pero no son para danzar, aunque pueden usarse en otras aplicaciones, como los de sanación y meditación.
 
Los resultados del análisis realizado pueden mostrarse en los foros que se interesen en él. Podría presentarse en uno que organizan en la XXI Jornada Académica del Seminario Permanente de Iconografía "La Danza" , si aceptan uno que ya fue propuesto sobre “Análisis espectral de ritmos de danzas”, que puede incluir el del caso huichol.
 
Ya se presentó una charla espectral similar sobre “Fauna sonora. Anuros mayas” en las X Jornada Académica del mismo Foro sobre “Iconografía de la fauna”, de 2005. Los cantos repetitivos de los anuros y sus modelos experimentales, como los de ranas cantadoras de arcilla, también pueden tener un tempo constante menor a 4 pps.
 

1. https://www.tlapitzalli.com/nuevos/ritmos/Ritmo_huichol.pdf

 

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