Romo, ¿contigo?
En 2012, Víctor Hugo Romo inundó de mantas y pendones la delegación Miguel Hidalgo, para convencer al electorado de que votara por él, y terminara con la hegemonia local del Partido Acción Nacional, y lo consiguió.
Su lema de campaña fue: "Romo contigo" (sic). A más de dos años de su triunfo, ha vuelto a recurrir a él: "Romo contigo", porque quiere ser diputado local, otra vez. ¿La causa? Dejar la curul en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, a principios del 2018, y buscar la candidatura a Jefe de Gobierno.
Es un típico "chapulín", aunque muy hábil -lo reconocemos- para conseguir dinero para sus campañas. ¿De dónde lo saca? Quién sabe.
Romo es hábil, también, para darle la vuelta a la ley. Cuando fungía como jefe delegacional, creó un "programa de gobierno" al que le denominó "Adopta un funcionario", en el que se autopromocionó e impulsó la imagen de sus cercanos: David Razu e Isidro Labrador.
Romo saltó -al fin Miguel Hidalgo es la delegación del chapulín- a la precandidatura a diputado local. Pero hizo más: desmanteló el gobierno local. Razu, su segundo de abordo, es precandidato a jefe delegacional en la misma Miguel Hidalgo y Labrador, precandidato a diputado federal.
"Romo, ¿conmigo?" Nada qué ver. El tiradero que dejó en la demarcación -una de cuyas pruebas es el video que presentamos en Periodismo libre- nos permitió comprender su lenguaje. Su lema, en realidad, quiere decir lo siguiente: "Romo, con Romo".