Se desacelera la economía nacional
28.08.2016 23:03
centro de Investigación en Economía y Negocios | ITESM.

Reporte Semanal. 26 de agosto de 2016. Volumen 2, número 201.
La desaceleración de la economía mexicana se hizo evidente. Los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre del año en curso fueron desalentadores, de tal forma que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público realizó un ajuste a la baja en sus estimaciones de crecimiento económico para 2016 al pasar de un rango de entre 2.2 y 3.2%, a uno que va de 2.0 a 2.6%.
Durante el segundo trimestre de este año, el PIB de nuestro país mostró un incremento anual de 1.5% medido con cifras desestacionalizadas, crecimiento que contrasta con el 2.8% alcanzado en el primer tercio de 2016. Este escenario se da como consecuencia de un ritmo de crecimiento moderado de las actividades terciarias, así como por la desaceleración pertinente a la actividad industrial nacional.
Dentro de las actividades secundarias, solamente la generación de energía eléctrica y suministro de agua mostró una tasa de crecimiento anual superior a la obtenida hace un año (6.4% en 2016 con respecto al 2.2% de 2015); la construcción mantuvo el mismo ritmo de crecimiento (3.1%), la minería no termina por recuperarse de la crisis en la que se encuentra inmersa (-4.3%), y las manufacturas presentaron una tasa de crecimiento inferior a la registrada durante el mismo trimestre de 2015 (1.6% en 2016 en comparación con el 3.0% de 2015), esto último como consecuencia de los resultados austeros de la producción industrial de Estados Unidos, lo cual afecta directamente la venta de bienes manufacturados en nuestro país.
Por otro lado, si bien dentro de las actividades terciarias únicamente las actividades legislativas mostraron una variación anual negativa (-0.5%) durante el segundo trimestre del año, tanto el comercio (2.3%) como los servicios de transporte(2.9%), rubros con la mayor participación del sector terciario, registraron una tasa de crecimiento menor a la obtenida durante el mismo período de 2015. Lo anterior podría ser una señal de que si bien el sector terciario continuará como el principal impulsor de la actividad económica de nuestro país, su evolución podría verse limitada por un desempeño más moderado de la actividad comercial.
Un repunte en el ritmo de crecimiento de la economía mexicana luce complicado en el corto plazo. En tanto no se implementen medidas que permitan impulsar el desarrollo industrial nacional, el sector secundario continuará dependiendo de la evolución de la producción industrial en Estados Unidos. Por su parte, las actividades terciarias podrían limitar su crecimiento si las expectativas de la población en torno a la situación económica del país siguen deteriorándose, difícilmente las personas buscarán la adquisición de bienes durables ante un entorno incierto, incluso las empresas podrían retrasar sus decisiones de inversión.
Si bien la coyuntura presenta un panorama internacional complicado, se tiene poco o nulo control sobre él mismo. Por esta razón se debe actuar sobre aquellas variables en donde sí se tiene injerencia de tal forma que el momento para la implementación de estrategias emergentes que impulsen el crecimiento económico no puede demorarse por más tiempo.