Secretos sonoros mayas
17.10.2014 18:31

Fig. 1 Modelo experimental inspirado en una rana de Yaxchilan, Chiapas.
Una buena manera de ejercer y festejar o celebrar una verdadera independencia nacional, para promover nuestro enriquecimiento y desarrollo real, es recordando, honrando y reviviendo lo de mayor valor de nuestro pasado remoto, que es único, singular y exclusivo en la historia de la humanidad.
El universo sonoro mexicanos era milenario, rico y extraordinario, pero es muy poco conocido, porque se perdió con la invasión, la prohibición y el olvido. Algunos dicen que es imposible saber algo de él, pero sus restos sonoros recuperados y resguardados en museos, colecciones y exploraciones nacionales y del extranjero, que se estiman en cientos de miles, nos pueden decir algo de sus secretos sonoros, si se estudian con profundidad y formalidad. Muchos de sus sonidos son crípticos para nosotros, pero con las técnicas de la Arqueociencia Sonora, pueden estudiarse y caracterizarse directamente y ya se ha demostrado con muchos casos de resonadores de viento antiguos, que con modelos experimentales, es posible explorar y probar hipótesis constructivas, funcionales y de posibles usos pasados y futuros.
El análisis de los restos arqueológicos analizados indica que sus sonidos eran muy diversos, como el entorno en que vivían y los fenómenos y seres naturales que adoraban y representaban en ceremonias, fiestas, danzas y dramas, y las incluían hasta en su mitología. Durante milenios tuvieron que crear, desarrollar y perfeccionar los artefactos necesarios para reproducirlos, porque los fenómenos y animales naturales no pueden producir sonidos cuando los requerían en sus grandes eventos con mucha gente y ruido. Cada tipología sonora recuperada debe ser analizada con la mayor profundidad y difundida con la mayor amplitud posible. De cada uno, puede publicarse hasta un trabajo doctoral, un libro o, al menos, una monografía. Ya se ha mostrado que también pueden darse a conocer con la mayor amplitud y apertura en la red mundial, en documentos electrónicos o videos.
El video de este caso, El Señor de las Flautas (1), fue subido a Youtube, desde Nueva York, por Alejandro Barragán, el 15 de septiembre de 2014. Muestra un ejemplo, de tres hermosos resonadores dobles de cerámica que fueron construidos en forma de ranas. Desde 2002, los primeros resultados de su estudio se difundieron en un congreso internacional de acústicos en Cancún, abiertamente en el sitio web del autor y en un foro de Iconografía mexicana IX y X. Flora y Fauna. Daniel Juárez Cosío (2) los rescató del Recinto de la Pequeña Acrópolis del sitio maya de Yaxchilán, Chiapas. Después de examinarlos con su anuencia, en el lugar de resguardo, y de experimentar mucho con sus modelos construidos (Fig. 1), un extraordinario secreto encontrado es que pueden producir sonidos hermosos, similares a los de las ranas naturales. Se cree que pudieron ser utilizados en las ceremonias para llamar la lluvia, generando coros de ranas. También pueden producir batimentos, que inducen efectos audibles y neuronales especiales. Sus usos originales aún son secretos por explorar, con la utilización de las mejores tecnologías actuales disponibles, para probar futuras aplicaciones como en terapias sonoras. Podría hasta revivirse una rama productiva desaparecida con los mayas y un muy singular arte sonoro mexicano.
Por desgracia, en lugar de dar a conocer con mayor profundidad y amplitud los extraordinarios restos sonoros antiguos recatados y resguardados en bodegas y vitrinas o modelos de ellos, prefieren continuar fomentando la utilización de los instrumentos musicales modernos importados, hasta en la Celebración del 50 aniversario del Museo Nacional de Antropología, con la llamada música azteca imaginada.
Ni siquiera los compositores nacionalistas pudieron conocer los instrumentos musicales y artefactos sonoros del México Antiguo, ni sus modelos, como los de las hermosas ranas de Yaxchilán. De haberlos conocido, podrían haberlos aprovechado, para recrear música con mayor espíritu realmente mexicano. Ahora, algunos compositores musicales modernos, parece que sólo incluyen, cuando mucho, palabras de nuestras lenguas originarias, para designar sus piezas imaginadas.
La mayoría de los pocos investigadores que han tenido acceso a muchos restos sonoros registrados, no han dado muestras de haber analizado su función utilitaria principal, con formalidad y profundidad, ni con técnicas experimentales.
1. Tlapitzcalzin o El Señor de las Flautas organizaba y dirigía la música de sus grandes ceremonias y fiestas. Incluían cantos, danzas, poesía, teatro, dramas y el resto del conocimiento de mayor valor que tenían para ofrecerlo a lo que veneraban y era por lo que vivían y para lo que vivían.
2. Actualmente es curador e investigador de la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología.