Siguen sin entender que son tiempos de austeridad

23.12.2014 11:14
Cada Presidente de la República en turno goza, cada año, del mayor presupuesto de la historia. Sin embargo, el dinero no le alcanza; tampoco a los gobernadores y a los presidentes municipales.
 
El dinero les resulta insuficiente por la manera en que lo despilfarran y, seamos claros, por la corrupción con la que lo manejan.
 
Demos dos referencias, para apoyar la anterior aseveración:
 
1. Ingresos petroleros.
2. Deuda externa.
 
Ambos rubros han permitido el ingreso al país de cientos de miles de millones de dólares. Los beneficios tangibles, sin embargo, son muy escasos.
 
La manera de probar lo anterior es muy sencilla: la mayoría de los mexicanos vive en pobreza.
Cuando el dinero no alcanza en el hogar, se cancelan los gastos superfluos. Eso mismo deberían hacer los mandos gubernamentales. Deberían, pero no lo hacen.
 
Se dan vida de reyes, presumiendo de republicanos. Sus oficinas son lujosas. Sus vehículos, blindados. Para muchos, como el director general de Petróleos Mexicanos, el uso del automóvil, es cosa del pasado: para eso se construyeron los helicópteros.
 
Tienen altos presupuestos para comidas, desayunos y cenas. También gozan de seguros de gastos mayores. Pensar en atenderse en el ISSSTE les significa una pesadilla. 
 
Por eso, el dinero no alcanza para gobernar bien, aunque cada año, el Presidente en turno tenga el presupuesto más abultado de la historia.
 
Bien lo expone Carlos Fernández-Vega, en su columna México SA, que publica hoy La Jornada: en marzo, el barril de petróleo mexicano se cotizaba a 117 dólares. Este lunes 22 de diciembre, cerró a 48.20 dólares.
 
En cambio, el peso se hunde cada vez más. En lo que va del año se ha devaluado en casi 14 por ciento.
 
Las cosas van mal, para la mayoría de los mexicanos; pero no para las cúpulas doradas de los gobiernos federal, estatal y municipal. 
 
Tampoco, salvo honrosas excepciones, para los diputados federales, senadores de la República, diputados locales y regidores. Para ellos, sí hay buenos sueldos. 
 
Por eso, siguen sin entender que son tiempos de austeridad. No lo entienden hoy. No lo entenderán, jamás. Por lo menos no, hasta que la sociedad los prive del "hueso", mediante el voto y por la revocación de mandato, misma que ¡por supuesto! no quieren aprobar.