Ayotzinapa, o México ante el abismo

07.11.2014 15:49
La Procuraduría General de la República confirmó esta tarde que, de acuerdo con los testimonios de tres detenidos, los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados cerca del río Cocula, en un paraje conocido como Loma del Coyote, aquel 26 de septiembre.
 
Lo anterior se veía venir. El procurador Murillo Karam dijo que los restos encontrados en fosas clandestinas de Pueblo Viejo no corresponden a los alumnos de la Normal de Ayotzinapa. Cuatro de esos cadáveres ya fueron identificados. La PGR pudo precisar, incluso, que entre las víctimas figuraban cuatro mujeres. Los peritajes revelan que dichas personas fueron asesinadas en agosto, un mes antes del crimen de Iguala-Cocula.
 
La versión de la PGR, dada a conocer esta tarde, es exhaustiva. Tardíamente exhaustiva. Como tardía fue la reacción de las demás instancias municipales, estatales y federales.
 
La pira que hicieron con los cadáveres provocó, seguramente, una densa nube de humo que nadie detectó. ¿Cómo fue posible? ¿Acaso se trató de humo invisible? ¿Qué hicieron las instancias de inteligencia, con el Cisen a la cabeza? ¿Cómo entender que no actuaran con más oportunidad, ante la tardía reacción del gobierno del estado y de la procuraduría de justicia de la entidad?
 
Van 74 detenidos. Faltan 10 más. Según el procurador Murillo Karam, se detendrá a todos. Y la investigación sigue abierta. 
 
Pero Iguala es, apenas, un punto de muestra de la infiltración del narco en el Estado mexicano. ¿Qué hará el gobierno mexicano al respecto? El procurador Murillo Karam advirtió que lo sucedido en Iguala ya no se debe repetir. Sucederá si no se emprende una campaña, a fondo, para erradicar la narcopolítica en México.
 
El discurso, por sí solo, no basta.
 
Por lo demás, el Estado mexicano enfrenta otro peligro: la guerrilla. Si la operación posterior a la conferencia de hoy no es prudente, pero transparente, se podría complicar la situación interna del país.