México, abierto a la vigilancia externa, que evite sólo la descalificación

GINEBRA, Suiza, 2 de febrero.- El embajador Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, aseguró que México da la bienvenida a la mirada externa y a la crítica constructiva, en materia de desaparición forzada de personas y respeto a los derechos humanos.  "Pero es claro que la labor de vigilancia que ejerce cualquier organización internacional de derechos humanos, si quiere tener el efecto útil que se propone, debería privilegiar el diálogo en torno a una agenda compartida que evite incurrir solo en la descalificación."

El funcionario señaló lo anterior al presentar el informe de México sobre el cumplimiento de la Convención para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas (CED), cuyos trabajos se llevan a cabo en Ginebra, Suiza.

Dijo que "México reconoce sin la menor ambigüedad que, a pesar de los importantes avances que existen en el país en materia de derechos humanos, seguimos enfrentando retos que debemos superar. Nuestra presencia hoy ante ustedes deriva de la obligación de rendir cuentas acerca del estado que guarda el cumplimiento de la Convención."

Reconoció que el informe de México a la ONU "ocurre en una circunstancia particularmente dolorosa que ha generado urbi et orbi indignación y repudio, pero también determinación y contundencia para satisfacer el derecho a la verdad y a la justicia. En ese cometido están comprometidos gobierno y sociedad."

 
Reconoció que "la desaparición forzada de los estudiantes de Ayotzinapa pone de manifiesto, una vez más, que debemos seguir atendiendo los problemas asociados a la pobreza, la exclusión y la corrupción, para hacer frente al crimen organizado y la violencia que lo acompaña, y así fortalecer las capacidades del Estado en materia de seguridad y justicia.
 
"Cuando se juzgue y sancione a todos los responsables de estos actos de barbarie y se acredite plenamente el paradero de los desaparecidos, podremos, Estado y sociedad pasar del dolor a la recomposición del tejido social. Y consolidar el México en paz, el México incluyente que haga realidad el estado de derecho que todos anhelamos.
   
"Con profundo respeto a los familiares de algunos de los estudiantes desaparecidos aquí presentes y a las organizaciones que los representan, expresamos nuestra solidaridad para con las víctimas de violaciones a los derechos humanos y todas las víctimas del delito en México."      
 
Gómez Robledo enumeró, a continuación, las acciones desarrolladas por el gobierno de México, para resolver el caso de Ayotzinapa:
 
Las acciones emprendidas por el Gobierno Federal, las brigadas de búsqueda en vida de los normalistas desaparecidos que han realizado las instituciones de seguridad pública en compañía de los familiares, así como el trabajo científico que se ha compartido con los peritos independientes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), han permitido que la PGR construya una investigación criminal sin precedentes en la historia reciente de México.
 
Sin embargo, conscientes de la necesidad de hacer aún más transparente la acción del Estado, los representantes de las víctimas de los sucesos de Iguala y el Gobierno Federal solicitamos el 13 de octubre de 2014 la asistencia técnica de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).  El 18 de noviembre firmamos un acuerdo para tal fin y el 21 la dotamos de los recursos financieros que requiere para el desahogo de su mandato. El 16 de enero de 2015, finalmente, la Comisión designó a un grupo de expertos independientes que deberá iniciar su labor en los próximos días. Quiero subrayar que el mandato de estos expertos trasciende la verificación de todas y cada una de las actuaciones del Estado en cumplimiento de las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana: El Grupo de expertos podrá también hacer recomendaciones que atiendan, en un sentido más amplio, problemas de carácter estructural.
 
México se mantiene abierto a recibir cooperación de otras instituciones internacionales y de los gobiernos de los países que nos lo han ofrecido, entre los que se encuentran, a manera de ejemplo, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia. (tales como la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el Comité Internacional de La Cruz Roja y la Unión Europea).    
 
Bienvenidas sean, pues, la mirada externa y la crítica constructiva.  Pero es claro que la labor de vigilancia que ejerce cualquier organización internacional de derechos humanos, si quiere tener el efecto útil que se propone, debería privilegiar el diálogo en torno a una agenda compartida que evite incurrir solo en la descalificación.