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Por: Jorge Santa Cruz.
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de octubre de 2015.- Si México cede ante las presiones de las empresas que quieren modificar su maíz con organismos transgénicos no sólo pondrá en riesgo la salud de sus habitantes y perderá su soberanía alimentaria, sino que comprometerá la mayor reserva del cereal, tan necesaria para hacer frente a una eventual crisis alimentaria derivada del cambio climático, expuso en Periodismo Libre, la presidenta de la organización no gubernamental Semillas de Vida, Adelita San Vicente.
Explicó que la Ley de Bioseguridad de 2005, conocida popularmente como Ley Monsanto, logró ser frenada por la vía legal, pero que en las próximas semanas o meses, se reactivará el tema por parte de la justicia de nuestro país. El riesgo inmediato que se corre, agregó, es que las empresas transnacionales obtengan el permiso para modificar genéticamente el maíz, para patentarlo.
Eso, alertó, abriría la posibilidad de que en caso de conflicto con el Estado mexicano, puedan llevarse todo su maíz transgénico o cobrar regalías a los campesinos mexicanos que lo utilicen.
De lo que se trata, subrayó, es de que no se siembre maíz transgénico en el campo mexicano, por todo su poder contaminador. También, de que no se importe. En la actualidad se compra una tercera parte del maíz en Estados Unidos, que principalmente se va a la industria y al alimento del ganado.
Es necesario que México deje de importar maíz transgénico. Esto es posible. "Sinaloa está produciendo hasta 16 toneladas. Más que en la franja maicera de Estados Unidos. Sin transgénicos." Agregó que China ya no quiere consumir maíz transgénico y lo vino a encontrar en México.
"Esto es la paradoja de nuestro país: exportamos maíz de buena calidad e importamos maíz de mala calidad", sentenció.
Foto: viaorganica.org.