Por: Jorge Santa Cruz.
Foto: Especial.
Miércoles 1 de junio de 2016.
CIUDAD DE MÉXICO.- México y Estados Unidos deben aprovechar la llegada de la embajadora de Wshington a nuestro país, Roberta Jacobson, para recuperar el tiempo perdido y proponer una relación constructiva, expuso el abogado Humberto Hernández Haddad, ex cónsul general de México, en San Antonio, Texas.
Entrevistado vía telefónica por Periodismo Libre, agregó:
Hay que hacer que este diálogo sea constructivo, objetivo y que resuelva de fondo las causas de toda esta intranquilidad que se ha acumulado en los últimos años, en materia de migración, narcotráfico, precariedad laboral; que son los problemas de fondo que tendrán que resolver -de manera inteligente- los gobiernos de México y de Estados Unidos.
El también ex senador y diputado federal exhortó a ambas naciones a recuperar el tiempo perdido en su relación bilateral:
En casi todos. Se ha perdido un tiempo muy valioso en materia migratoria; se ha perdido un tiempo muy valioso en materia de recuperación de seguridad de la frontera, su limpieza medioambiental-ecológica; en la infraestructura que se requiere. Es muy importante mencionar que la infraestructura hidráulica y carretera que van a requerir México y Estados Unidos para el siglo XXI, ya se rezagó. Ya es obsoleta.Estamos teniendo el desperdicio de grandes volúmenes hidráulicos, que debieran ser administrados de mejor manera para una época en donde las sequías ya están siendo cada vez de mayor intensidad y mayor profundidad.La infraestructura en materia de autopistas, puentes, cruces fronterizos, se está rezagando. Hay mucho qué hacer. Y ahí es donde la energía creativa de los dos países debe de abocarse.Estamos frente a una agenda que necesita imprimirle un carácter más productivo y más constructivo en la relación de Estados Unidos con México y ojalá -en ese sentido- Roberta Jacobson imprima toda su experiencia, su conocimiento de América Latina que ha acumulado durante los últimos años, porque llega con las mejores credenciales.
Entrevista completa
¿Qué espera Humberto Hernández Haddad de la gestión de la nueva embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson?
Pues yo plantearía la pregunta al revés: ¿qué esperaría de la Secretaría de Relaciones Exteriores de mi país, para tener un encuadramiento positivo, constructivo, de la relación con el gobierno de Washington?
De lo que ha anunciado la embajadora Roberta Jacobson a su llegada a México, destacan varios puntos significativos.
Uno que me llama mucho la atención, después de un vacío de 10 meses (hace 10 meses, en junio del 2015, Anthony Wayne, entonces embajador de Washington en México, dejó vacante esa misión diplomática) y finalmente -después de 10 meses- mandan a una experimentada diplomática que ha estado muy activa en los últimos años, y que trae un conjunto de datos, de informaciones muy importantes, porque, pues, viene de ser -nada menos- la subsecretaria de Estado para América Latina, que participó de manera directa en varios de los asuntos más importantes, trascendentales, de la relación de Washington con México y con toda América Latina y el Caribe.
De manera más destacada, ella fue una actora importantísima en el deshielo de las relaciones con La Habana, Cuba, y además de que tuvo una participación destacada, años atrás, en la creación de la Iniciativa Mérida que fue uno de los mecanismos que Washington diseñó para la guerra contra las drogas, en el caso de México.
¿Qué esperaríamos de la respuesta de México a Washington y qué esperaríamos de la estrategia de Washington hacia México? Bueno, en primer lugar, la primera parte.
Es necesario leer con cuidado el editorial y la nota de primera plana que encabezan la edición del periódico The New York Times, dedicada a México, sobre la alta tasa de letalidad que investigadores internacionales le están asignando a las fuerzas armadas de México.
Hablan de estadísticas, donde distintos expertos hacen observaciones sobre el alto índice de letalidad que tienen en su desempeño, en la guerra contra las drogas, los elementos de las fuerzas armadas del Estado mexicano.
Para el Ejército mexicano le asignan un índice de letalidad de por cada herido, ocho muertos. Y para la Marina, por cada heridos, 30 muertos. Calculan que en guerras convencionales el índice es de alrededor de cuatro.
Esa es una nota importante, porque tenemos que prever que distintas instancias del Estado mexicano están siendo puestas bajo un escrutinio internacional que necesita un ambiente más constructivo, de mejor diplomacia.
Y en el caso de la experiencia que trae la embajadora Roberta Jacobson, es muy importante leer que a su llegada a México ha hecho saber que va a recorrer todo el país. Ha anunciado la embajadora, al asumir su cargo, dice ella: "Quiero escuchar de viva voz a los mexicanos." Esa es su frase.
Y bueno: la nueva embajadora, seguramente, va a tener una agenda muy activa para captar -ella habla buen español, para captar "de viva voz", como lo ha dicho, cuál es la situación en México e informarlo a su gobierno, y tener un diálogo constructivo con el gobierno mexicano.
Hay que hacer que este diálogo sea constructivo, objetivo y que resuelva de fondo las causas de toda esta intranquilidad que se ha acumulado en los últimos años, en materia de migración, narcotráfico, precariedad laboral; que son los problemas de fondo que tendrán que resolver -de manera inteligente- los gobiernos de México y de Estados Unidos.
Así veo las cosas, mi estimado Jorge Santa Cruz.
Muy interesante, Humberto. Ahora: el hecho de que la señora Jacobson llega a nuestro país, pues pocos meses antes de la elección presidencial en los Estados Unidos, nos da un margen de incertidumbre, porque si la elección presidencial la gana el Partido Republicano con Donald Trump, quién sabe si Roberta Jacobson pueda seguir al frente de la embajada en México.
Pues son decisiones soberanas de cada gobierno. El gobierno de México decidió tener siete meses de embajador, en Washington, a Miguel Basáñez y cambiarlo. Y ahora, el gobierno de Washington, según decida el titular del Poder Ejecutivo desde la Casa Blanca en Washington, decidirá quién es el embajador. Son facultades constitucionales reservadas de manera exclusiva a los Ejecutivos de ambos países y sujetas a la ratificación respectiva de la Cámara de Senadores.
De manera simétrica, tanto la Constitución de México como la Constitución de Estados Unidos, establecen el mismo mecanismo: el Embajador lo nombra el Presidente, pero está sujeto a la ratificación de la Cámara de Senadores.
Y ésas, repito, son normas constitucionales reservadas al ejercicio exclusivo del Presidente de cada país. Ahí, ni meterse. Eso es soberanía constitucional de cada país.
Sí.
Pero en lo que sí podemos meternos es en ayudar a aportar datos constructivos, datos objetivos, realistas, que permitan ver que se está perdiendo un tiempo muy valioso en asuntos superficiales, que no van al fondo, a la causalidad, de lo que está ocurriendo en la relación bilateral.
Y es un tiempo muy valioso el que se ha perdido porque la interacción de los dos países en materia demográfica, económica, comercial, financiera, turística, es de una magnitud que no hay ninguna otra frontera en el planeta que la iguale.
No existe ninguna otra frontera en el mundo por la que crucen un mayor número de personas, un mayor número de vehículos, un mayor número de mercancías, un mayor número de transacciones bancarias, cartas de crédito, porque es la frontera más activa en términos de intensidad y volumen, a nivel mundial.
¿En qué asuntos se está perdiendo el tiempo, Humberto?
En casi todos. Se ha perdido un tiempo muy valioso en materia migratoria; se ha perdido un tiempo muy valioso en materia de recuperación de seguridad de la frontera, su limpieza medioambiental-ecológica; en la infraestructura que se requiere. Es muy importante mencionar que la infraestructura hidráulica y carretera que van a requerir México y Estados Unidos para el siglo XXI, ya se rezagó. Ya es obsoleta.
Estamos teniendo el desperdicio de grandes volúmenes hidráulicos, que debieran ser administrados de mejor manera para una época en donde las sequías ya están siendo cada vez de mayor intensidad y mayor profundidad.
La infraestructura en materia de autopistas, puentes, cruces fronterizos, se está rezagando. Hay mucho qué hacer. Y ahí es donde la energía creativa de los dos países debe de abocarse.
Estamos frente a una agenda que necesita imprimirle un carácter más productivo y más constructivo en la relación de Estados Unidos con México y ojalá -en ese sentido- Roberta Jacobson imprima toda su experiencia, su conocimiento de América Latina que ha acumulado durante los últimos años, porque llega con las mejores credenciales.
Viene investida de la experiencia y el prestigio de ser Subsecretaria de Estado para América Latina, en Washington; de haber participado en las negociaciones más importantes con los países de América Latina y el Caribe en los úlmos años, en nombre del gobierno de Estados Unidos y, bueno, Jorge, es importante lo que estás haciendo -dentro de tu papel como papel como periodista y como comunicador estudioso de las relaciones internacionales-. Hay que darle al público elementos, datos, estadísticas que nutran, de manera propositiva, este diálogo ineludible que México tiene todos los días, con Estados Unidos.
Humberto: muchas gracias por estas palabras. ¿Cabría la posibilidad de que Roberta Jacobson trajera tres mensajes? Uno -pregunto, eh-. Uno: ¿que las fuerzas armadas, Ejérito y Secretaría de Marina, regresen a los cuarteles y que sea ya la autoridad civil, la que se encargue del combate a la delincuencia organizada?
Dos: ¿que Estados Unidos flexibilice un tanto cuanto su postura migratoria, por lo menos de aquí y hasta que tome posesión el otro Presidente, o la otra Presidenta, si gana la señora Clinton, el 20 de enero?
Y número tres: ¿que en materia de comercio y en materia de cuestión económica y financiera, hubiera cierto respaldo de la Unión Americana a México, en cuanto a fortalecer al peso mexicano?
¿O estoy demasiado elevado y con un panorama demasiado optimista?
Todo eso son posibilidades y nada más que posibilidades. Hay que empezar a trabajar del terreno de esas posibilidades al terreno de las realidades, el aterrizaje. Porque, tienes razón, la situación económica de México requiere de una agenda de apoyo, estímulos, coordinación macroeconómica, monetaria, financiera y comercial con nuestro principal socio comercial, que es Estados Unidos.
En una relación con la intensidad económica que tienen México y Estados Unidos, en tiempos de estrés económico como son éstos, de posibles guerras de divisas, con especulación monetaria; de inestabilidad en el precio de las materias primas, principalmente. Que la caída de los precios del petróleo ha creado un problema serio para México, el día de ayer la cotización rondaba los 40 dólares la mezcla de petróleo del barril mexicano.
Pero la Ley de Ingresos de la Federación tiene presupuestados 50 dólares por barril. Traemos, entonces, una merma importante en la captación de los recursos fiscales presupuestados para el 2016 y todo esto hace necesario un marco de coordinación macroeconómica con los principales socios comerciales de México. En este caso, estamos hablando del principal socio comercial y vecino de México.
Por eso es importante que el diálogo sea muy objetivo, muy realista y aterrizando. Hay qué aterrizar. Del terreno de las hipótesis a la necesidad de establecer nuevas realidades económicas para el país.
Así es. Estimado Humberto: gusto en saludarte.
Hasta luego, Jorge.
Hasta luego.