El crecimiento del producto interno bruto (PIB) durante el primer semestre del año (2.5%) hace patente que la economía nacional no ha logrado la transformación productiva que se requiere.
• Si bien el crecimiento promedio de los primeros 4 años del gobierno (2.0%) es superior al de las dos administraciones previas, también es evidente que se encuentra marcado por la inercia de un modelo económico que no genera los resultados deseados.
• El incremento acumulado del gasto de gobierno y la deuda (3.4 billones de pesos adicionales entre diciembre de 2012 y junio del 2016) no tuvieron un impacto productivo. La razón es que la variación promedio del valor agregado del sector público nacional fue negativo (-) 0.5% en los dos primeros años. Como referencia debe citarse que la del sector privado fue de 2.3%.
• Lo anterior muestra que si bien el gobierno ha logrado incrementar su recaudación tributaria, ello no incide en un mayor crecimiento económico del país: su impacto positivo es nulo o hasta negativo.
• El sector industrial es un de los más afectados, la recesión que vive la minería, la desaceleración de las manufacturas y el lento crecimiento de la construcción, que además tuvo un desempeño negativo en los dos primeros años del sexenio, explican parte del débil crecimiento económico de México.
• Lo descrito ha influido en una nueva reducción en la prospectiva de crecimiento del propio gobierno federal: ahora espera entre 2.0 y 2.6%. En el IDIC mantenemos nuestro escenario de entre 1.5 y 2.3%.
• El menor crecimiento, junto con el incremento en las tasas de interés y de la deuda han propiciado la advertencia de importantes grupos financieros (Standard and Poor´s y Moody´s) sobre una potencial reducción de su calificación a la deuda del gobierno y de la propia banca privada.
• Esto último representa una evaluación implícita sobre los efectos de la reforma hacendaria y la financiera: no han generado el impacto positivo suficiente para que la evaluación de las calificadoras sea positiva.
• Con ello los fundamentos de la estabilidad macroeconómica también deben ser revisados, el aumento de deuda es un riesgo que se debe considerar pero también la evolución de la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés.
Por: Redacción PL.
Foto: Archivo PL | UNAM.
Martes 30 de agosto de 2016.
Rumbo al Cuarto Informe.
Autor: IDIC.
Documento completo en PDF.
CIUDAD DE MÉXICO.- El crecimiento del producto interno bruto (PIB) durante el primer semestre del año (2.5%) hace patente que la economía nacional no ha logrado la transformación productiva que se requiere, señaló el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
En un documento titulado Rumbo al Cuarto Informe de Gobierno, advirtió que si bien el crecimiento promedio de los primeros 4 años del gobierno (2.0%) es superior al de las dos administraciones previas, también es evidente que se encuentra marcado por la inercia de un modelo económico que no genera los resultados deseados.
"El incremento acumulado del gasto de gobierno y la deuda (3.4 billones de pesos adicionales entre diciembre de 2012 y junio del 2016) no tuvieron un impacto productivo. La razón es que la variación promedio del valor agregado del sector público nacional fue negativo (-) 0.5% en los dos primeros años. Como referencia debe citarse que la del sector privado fue de 2.3%", sostuvo.
Lo anterior -agregó- muestra que si bien el gobierno ha logrado incrementar su recaudación tributaria, ello no incide en un mayor crecimiento económico del país: su impacto positivo es nulo o hasta negativo.
Explicó que el sector industrial es un de los más afectados, la recesión que vive la minería, la desaceleración de las manufacturas y el lento crecimiento de la construcción, que además tuvo un desempeño negativo en los dos primeros años del sexenio, explican parte del débil crecimiento económico de México. Al respecto, apuntó lo siguiente:
Lo descrito ha influido en una nueva reducción en la prospectiva de crecimiento del propio gobierno federal: ahora espera entre 2.0 y 2.6%. En el IDIC mantenemos nuestro escenario de entre 1.5 y 2.3%.El menor crecimiento, junto con el incremento en las tasas de interés y de la deuda han propiciado la advertencia de importantes grupos financieros (Standard and Poor´s y Moody´s) sobre una potencial reducción de su calificación a la deuda del gobierno y de la propia banca privada.Esto último representa una evaluación implícita sobre los efectos de la reforma hacendaria y la financiera: no han generado el impacto positivo suficiente para que la evaluación de las calificadoras sea positiva.
"Con ello los fundamentos de la estabilidad macroeconómica también deben ser revisados, el aumento de deuda es un riesgo que se debe considerar pero también la evolución de la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés", concluyó.