Obregón y Calles, autores intelectuales del crimen de Villa

El 31 de agosto de 1923, el gobierno de Álvaro Obregón firmó los Tratados de Bucareli con el gobierno de los Estados Unidos de América. Las rúbricas de ambas delegaciones se estamparon un mes y ocho días después del asesinato de Francisco Villa, en Parral de Hidalgo, Chihuahua.

De entonces a la fecha, el Poder Ejecutivo Federal ha silenciado el tema y evitado cualquier investigación oficial. ¿Por qué?

El abogado e historiador Adolfo Arrioja Vizcaíno explica a Periodismo Libre por qué Obregón y Calles ordenaron el crimen.

Primera de tres partes.

 
Por: Jorge Santa Cruz.
Fotos: Especial.
Sábado 4 de junio de 2016.
 
 
 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO.- El gobierno del presidente Álvaro Obregón y del entonces secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles, ordenó el asesinato de Pancho Villa para satisfacer una de las condiciones que le ponía la Casa Blanca a cambio de oncederle el reconocimiento diplomático.
 
Washington quería vengar así -cosa que logró- la incursión militar villista del 9 de marzo de 1916 contra el pueblo de Columbus, en la que ha sido hasta la fecha la única incursión militar extranjera contra el territorio continental estadounidense.
 
Así lo explica a Periodismo Libre el abogado e historiador mexicano, Adolfo Arrioja Vizcaíno (foto de la izquierda), autor del libro La muerte de Pancho Villa y los Tratados de Bucareli (México: Océano, 2015).
 
En esta primera entrega (de una serie de tres), el autor explica cómo se llevó a cabo esa conjura de Estado y por qué, hasta la fecha, ningún gobierno mexicano ha querido investigarla.
 

Transcripción de la primera parte de la entrevista

La primera pregunta que se me viene a la mente, es la siguiente: ¿qué tanto el gobierno mexicano investigó después la muerte de Pancho Villa, una vez que transcurrió el maximato, una vez que pasó el gobierno de Ávila Camacho y que entramos a los gobiernos civiles. ? ¿Hubo algún interés? ¿Usted ha sabido algo de eso?
 
De investigaciones de carácter oficial, ninguna. A los pocos días del asesinato de Villa, la Cámara de Diputados, encabezada en ese momento por un diputado opositor al régimen, que se llamaba Emilio Gandarilla, ordenó una investigación, que la practicaron en Hidalgo del Parral, en donde presentaron un reporte a la Cámara con algunas conclusiones acusatorias sobre la complicidad de las autoridades locales del estado de Chihuahua, del municipio de Hidalgo del Parral y, sobre todo, de la guarnición del ejército federal; el que debía haber estado acantonado ese día en Hidalgo del Parral y que, sin embargo, abandonaron la plaza con un pretexto absurdo.
 
Esa investigación contenía una serie de acusaciones concretas al gobierno de Álvaro Obregón y a su secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles pero, posteriormente, cuando vienen las elecciones de 1924, el partido de Obregón y Calles arrasa en esas elecciones. La investigación se mandó archivar, no se tomó ninguna acción concreta y gobiernos posteriores -hasta donde yo sé- jamás han ordenado una investigación de carácter oficial sobre las causas de la muerte de Villa.
 
Ha habido, desde luego, investigaciones y varias de investigadores privados, de historiadores, de gente interesada en el tema, pero han sido de carácter independiente.
 
Nunca, fuera de ese primer intento de la Cámara de Diputados, en 1923; fuera de ese primer intento no ha habido, hasta donde yo tengo conocimiento, ninguna investigación oficial sobre las causas de la muerte de Villa.
 
Usted, licenciado Arrioja Vizcaíno, ¿a qué conclusiones ha llegado, por su parte? 
 
Bueno: las conclusiones están muy claras. Se desprenden curiosamente no de archivos mexicanos -aunque alguna referencia hay en ese archivo Calles-Torreblanca que recopiló el yerno de Plutarco Elías Calles, apellidado precisamente Torreblanca-, pero básicamente vienen las conclusiones de una serie de informes que fueron desclasificados hace apenas unos cuantos años, por el FBI, por el Departamento de Estado de Estados Unidos y, obviamente, también se desprenden de las minutas de las Conferencias de Bucareli que aunque no han sido oficialmente desclasificadas, pues algunos de nosotros hemos tenidos, por diversas razones, oportunidad de acceder a ellas.
 
Lo que queda muy claro es que en 1923, el gobierno de Álvaro Obregón, para permitir que en las elecciones del año siguiente, en 1924, fuera electo Elías Calles Presidente y en 1928 se reeligiera Álvaro Obregón, lo que finalmente ocurrió puntualmente; para lograr ese propósito de ese grupo político, de perpetuarse en el poder se requería el reconocimiento diplomático de los Estados Unidos y de la ayuda económica y militar -sobre todo militar- que Estados Unidos le brindaría a México como consecuencia de otorgar el reconocimiento diplomático.
 
Pues bien, entre la documentación recientemente desclasificada, que además se cita en el libro, aparece claramente que en las Conferencias de Bucareli -para otorgarle Estados Unidos el reconocimiento diplomático a México y la ayuda económica y militar que tanto necesitaban Obregón y Calles-  le impuso dos condiciones fundamentales: una, la no aplicación del nuevo artículo 27 constitucional en materia de petróleo a las compañías petroleras estadounidenses, que en esa época tenían concesiones que se les habían dado en el gobierno de Porfirio Díaz a perpetuidad. 
 
Obviamente, al entrar en vigor el nuevo artículo 27 de la entonces nueva Constitución de 1917, se estableció el dominio directo de la Nación o del Estado sobre el subsuelo y entonces se ponían, se ponía en duda, la legalidad de esas concesiones.
 
Entonces, el primer acuerdo en las Conferencias de Bucareli fue que el nuevo artículo 27 de la Constitución no se aplicaría a las compañías estadounidenses que tuvieran concesiones petroleras otorgadas con anterioridad; es decir, otorgadas por el régimen de Porfirio Díaz. Ese fue el primer punto y el segundo fue el castigo a Villa, con motivo del ataque a Columbus.
 
Como usted sabe muy bien, pues en la historia de los Estados Unidos, el ataque villista a Columbus está considerado como la única invasión militar que Estados Unidos a sufrido en su territorio continental, a lo largo de su historia.
 
Pues bien: Estados Unidos jamás perdonó eso, que ellos consideraron un ultraje: la pérdida de vidas, la destrucción de todo el distrito comercial de Columbus; todos los daños que trajo aparejados esa incursión villista y -desde un principio- exigieron un castigo ejemplar para Villa.
 
Esa oportunidad se les presenta de manera definitiva en 1923, cuando el gobierno mexicano, ansioso de obtener el reconocimiento diplomático de los Estados Unidos, pues acepta ese condicionamiento y a través de una conspiración de Estado, en donde se involucra el ejército federal, los gobernadores de Durango y de Chihuahua, un diputado local y que después fue el "chivo expiatorio", Salas Barraza, un diputado local por el estado de Durango; la guarnición del ejército federal que dio todas las facilidades a los asesinos en Hidalgo del Parral, seejecuta ea orden, se ejecuta ese acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos y se asesina a Villa. 
 
Además, las fechas son muy indicativas: Villa es asesinado un 23 de julio y el 31 de agosto siguiente se firman los Tratados de Bucareli y se otorga el reconocimiento diplomático de Estados Unidos a México. Y Obregón y Calles reciben la ayuda militar y económica que le tenían solicitada a los Estados Unidos.
 
Así que las causas están muy claras: es evidente que ningún goberno mexicano iba a propiciar una investigación oficial a fondo, porque se hubiera tenido que divulgar la verdad, pues sabrían los culpables o los autores intelectuales del asesinato; pues oficialmente habrían sido Obregón y Calles. Desde luego eso ya consta en los documentos oficiales que ha desclasificado el Departamento de Estado, el FBI, el Departamento de Inteligencia Militar de los Estados Unidos; hay un reportaje del New York Times al respecto; en la obra cumbre sobre Pancho Villa -la biografía más completa que se ha escrito sobre Pancho Villa, que es la del profesor Frederik Katz, también se reproducen esos documentos y yo ahora, en esta obra, a través del acceso que tuve a las minutas de las conferencias de Bucareli, pues procuro redondear el tema y  dejar muy en claro cuáles fueron las causas del asesinato de Villa. 
 
Fue, obviamente, una conspiración del Estado mexicano, del gobierno mexicano. Los autores intelectuales fueron Obregón y Calles. Y lo hicieron en cumplimiento de una exigencia que presentó el gobierno de los Estados Unidos en las conferencias de Bucareli, como requisito indispensable para que se le otorgara el reconocimiento diplomático al gobierno que surgió de la Revolución.
 
 
 
 

La primera pregunta que se me viene a la mente, es la siguiente: ¿qué tanto el gobierno mexicano investigó después la muerte de Pancho Villa, una vez que transcurrió el maximato, una vez que pasó el gobierno de Ávila Camacho y que entramos a los gobiernos civiles. ? ¿Hubo algún interés? ¿Usted ha sabido algo de eso?

De investigaciones de carácter oficial, ninguna. A los pocos días del asesinato de Villa, la Cámara de Diputados, encabezada en ese momento por un diputado opositor al régimen, que se llamaba Emilio Gandarilla, ordenó una investigación, que la practicaron en Hidalgo del Parral, en donde presentaron un reporte a la Cámara con algunas conclusiones acusatorias sobre la complicidad de las autoridades locales del estado de Chihuahua, del municipio de Hidalgo del Parral y, sobre todo, de la guarnición del ejército federal; el que debía haber estado acantonado ese día en Hidalgo del Parral y que, sin embargo, abandonaron la plaza con un pretexto absurdo.

Esa investigación contenía una serie de acusaciones concretas al gobierno de Álvaro Obregón y a su secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles pero, posteriormente, cuando vienen las elecciones de 1924, el partido de Obregón y Calles arrasa en esas elecciones. La investigación se mandó archivar, no se tomó ninguna acción concreta y gobiernos posteriores -hasta donde yo sé- jamás han ordenado una investigación de carácter oficial sobre las causas de la muerte de Villa.

Ha habido, desde luego, investigaciones y varias de investigadores privados, de historiadores, de gente interesada en el tema, pero han sido de carácter independiente.

Nunca, fuera de ese primer intento de la Cámara de Diputados, en 1923; fuera de ese primer intento no ha habido, hasta donde yo tengo conocimiento, ninguna investigación oficial sobre las causas de la muerte de Villa.

Usted, licenciado Arrioja Vizcaíno, ¿a qué conclusiones ha llegado, por su parte? 

Bueno: las conclusiones están muy claras. Se desprenden curiosamente no de archivos mexicanos -aunque alguna referencia hay en ese archivo Calles-Torreblanca que recopiló el yerno de Plutarco Elías Calles, apellidado precisamente Torreblanca-, pero básicamente vienen las conclusiones de una serie de informes que fueron desclasificados hace apenas unos cuantos años, por el FBI, por el Departamento de Estado de Estados Unidos y, obviamente, también se desprenden de las minutas de las Conferencias de Bucareli que aunque no han sido oficialmente desclasificadas, pues algunos de nosotros hemos tenidos, por diversas razones, oportunidad de acceder a ellas.

Lo que queda muy claro es que en 1923, el gobierno de Álvaro Obregón, para permitir que en las elecciones del año siguiente, en 1924, fuera electo Elías Calles Presidente y en 1928 se reeligiera Álvaro Obregón, lo que finalmente ocurrió puntualmente; para lograr ese propósito de ese grupo político, de perpetuarse en el poder se requería el reconocimiento diplomático de los Estados Unidos y de la ayuda económica y militar -sobre todo militar- que Estados Unidos le brindaría a México como consecuencia de otorgar el reconocimiento diplomático.

Pues bien, entre la documentación recientemente desclasificada, que además se cita en el libro, aparece claramente que en las Conferencias de Bucareli -para otorgarle Estados Unidos el reconocimiento diplomático a México y la ayuda económica y militar que tanto necesitaban Obregón y Calles-  le impuso dos condiciones fundamentales: una, la no aplicación del nuevo artículo 27 constitucional en materia de petróleo a las compañías petroleras estadounidenses, que en esa época tenían concesiones que se les habían dado en el gobierno de Porfirio Díaz a perpetuidad. 

Obviamente, al entrar en vigor el nuevo artículo 27 de la entonces nueva Constitución de 1917, se estableció el dominio directo de la Nación o del Estado sobre el subsuelo y entonces se ponían, se ponía en duda, la legalidad de esas concesiones.

Entonces, el primer acuerdo en las Conferencias de Bucareli fue que el nuevo artículo 27 de la Constitución no se aplicaría a las compañías estadounidenses que tuvieran concesiones petroleras otorgadas con anterioridad; es decir, otorgadas por el régimen de Porfirio Díaz. Ese fue el primer punto y el segundo fue el castigo a Villa, con motivo del ataque a Columbus.

Como usted sabe muy bien, pues en la historia de los Estados Unidos, el ataque villista a Columbus está considerado como la única invasión militar que Estados Unidos ha sufrido en su territorio continental, a lo largo de su historia.

Pues bien: Estados Unidos jamás perdonó eso, que ellos consideraron un ultraje: la pérdida de vidas, la destrucción de todo el distrito comercial de Columbus; todos los daños que trajo aparejados esa incursión villista y -desde un principio- exigieron un castigo ejemplar para Villa.

Esa oportunidad se les presenta de manera definitiva en 1923, cuando el gobierno mexicano, ansioso de obtener el reconocimiento diplomático de los Estados Unidos, pues acepta ese condicionamiento y a través de una conspiración de Estado, en donde se involucra el ejército federal, los gobernadores de Durango y de Chihuahua, un diputado local y que después fue el "chivo expiatorio", Salas Barraza, un diputado local por el estado de Durango; la guarnición del ejército federal que dio todas las facilidades a los asesinos en Hidalgo del Parral, seejecuta ea orden, se ejecuta ese acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos y se asesina a Villa

Además, las fechas son muy indicativas: Villa es asesinado un 23 de julio y el 31 de agosto siguiente se firman los Tratados de Bucareli y se otorga el reconocimiento diplomático de Estados Unidos a México. Y Obregón y Calles reciben la ayuda militar y económica que le tenían solicitada a los Estados Unidos.

Así que las causas están muy claras: es evidente que ningún goberno mexicano iba a propiciar una investigación oficial a fondo, porque se hubiera tenido que divulgar la verdad, pues sabrían los culpables o los autores intelectuales del asesinato; pues oficialmente habrían sido Obregón y Calles. Desde luego eso ya consta en los documentos oficiales que ha desclasificado el Departamento de Estado, el FBI, el Departamento de Inteligencia Militar de los Estados Unidos; hay un reportaje del New York Times al respecto; en la obra cumbre sobre Pancho Villa -la biografía más completa que se ha escrito sobre Pancho Villa, que es la del profesor Friedrich Katz-, también se reproducen esos documentos y yo ahora, en esta obra, a través del acceso que tuve a las minutas de las conferencias de Bucareli, pues procuro redondear el tema y  dejar muy en claro cuáles fueron las causas del asesinato de Villa.

Fue, obviamente, una conspiración del Estado mexicano, del gobierno mexicano. Los autores intelectuales fueron Obregón y Calles. Y lo hicieron en cumplimiento de una exigencia que presentó el gobierno de los Estados Unidos en las conferencias de Bucareli, como requisito indispensable para que se le otorgara el reconocimiento diplomático al gobierno que surgió de la Revolución.

Continuará.